Una mentira se encasilla como pos verdad una vez es creída por alguien. Una verdad es una mentira hasta tanto no aparezca alguien que la crea. Descifrar el enigma de lo que es mentira o es verdad se torna, entonces, en una cuestión de tiempo. La mentira siempre dejará cicatrices en aquellos que la creyeron. La pos verdad no es más que una etiqueta de quienes apelan a lo falso para darlo como cierto en un mundo de confusiones. El objetivo de sus propagadores es embaucar a las masas en su telaraña para vencerla en el delirio. Pero la verdad es y será la verdad, y al final aparecerá inmutable descifrando la historia. ¿A caso no se dijo antaño que la Tierra era plana y al final se impuso la verdad de quienes sostenían que era redonda? Es cuestión de tiempo. Pero en este caso el daño ya estará hecho.