Cuando me enteré que el Partido Revolucionario Moderno llevaría dos planchas en las elecciones de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) alarmado escribí un artículo que provocó violentas críticas de algunos dirigentes, pero al mismo tiempo preocupación y reflexión entre los principales líderes de ese partido.
No cometo una infidencia si digo que Luís Abinader me comentó estar de acuerdo con una sola plancha y que haría todo cuanto estuviese a su alcance para que fuera de ese modo. Hipólito se refirió en iguales términos. Me aseguró que siempre estuvo en desacuerdo con dos planchas; que lo dijo una y otra vez hasta que finalmente se logró en un ambiente de unidad y camaradería.
Efectivamente, la dirección se reunió y llegó a la conclusión de armar un equipo de hombres y mujeres de sólida trayectoria profesional, ética y moral para presentarlo en los comicios de la ADP. Y así se hizo. El PRM no sólo se unificó, sino que logró el respaldo de otras corrientes magisteriales. (Es lo que debe hacer para los comicios del 20: unidad dentro y fuera)
De ese modo, el PRM, partido mayoritario de oposición dio una muestra de unidad sincera y de trabajo mancomunado que le dio el triunfo en el gremio más importante del país como lo es sin dudas la ADP que cuenta con más de cien mil afiliado y es dueña de una cooperativa que maneja cientos de millones de pesos.
El ministerio de Educación, donde laboran los docentes de la ADP es, de igual modo, el más grande del país, el que recibe el 4% del Producto Interno Bruto, lo que representa más de 160 mil millones de pesos.
La experiencia tiene que ser aleccionadora para los grupos que accionan en el PRM y para todos los demás que se encuentran fuera del poder. La unidad es la garantía de la fortaleza y del triunfo. Repito: “Sin unidad no hay fuerza, y sin fuerza no hay victoria”.
Esa consigna es válida en el Colegio Médico, el de Abogados y demás sindicatos, asociaciones, federaciones y confederaciones. Y es válida sobre todo cuando se busca el gobierno.
Me dicen que un sector del PLD “bajó línea” para que se votara en contra del profesor y diputado Hidalgo. No lo dudo. Es más, estoy seguro que fue así. Pero eso no desmerita el triunfo de la profesora Xiomara Guante.
El PLD trató de ganar utilizando diversos recursos fraudulentos y hasta de comprar la conciencia de muchos profesores, pero la voluntad popular, que es mayoritaria, se impuso. Un profesor o profesora no se compra con 500 pesos y un Pica-Pollo, de ser así como se le pudiera llamar: maestro o maestra.
Por lo demás, la gente está harta del PLD. (Si haces una cadena de oración para salvar al PLD verás que de cada diez nueve de mandan para el carajo o maldicen a tu santa madre)
Si el PRM se consolida aumentando su matrícula, su línea política y programática, si hace de la unidad un principio, podrá ganar las elecciones del 2020 no importa quién sea el candidato del PLD ni cuentos recursos del Estado invierta.
La historia nos enseña que cuando un pueblo decide cambiar un régimen, no importa su naturaleza, democrática o dictatorial, su fortaleza económica, ni el control de los medios de comunicación ni de las instituciones, lo derrotará, ya sea por las buenas o por las malas.
Trujillo no quiso por las buenas, lo mataron. Balaguer quería continuar en el mando por las buenas y por las malas. Al final tuvo que ceder y salió del gobierno aunque se robó la justicia quitándole cinco senadores al PRD. Diez años después volvió en iguales términos y de ese mismo modo salió, entregándole el poder al PLD de lo cual se arrepintió amargamente todos los días hasta su muerte.
El PLD no es infalible. Es fuerte, pero el pueblo lo es más.