La versión del Kremlin sobre las conversaciones del pasado 16 de julio en la capital finlandesa confirma que en dicha reunión hubo un diálogo fuerte entre Vladimir Putin, y su similar estadounidense, Donald Trump, pero “en el marco de las normas diplomáticas”
Según declaró el vocero presidencial ruso, Dmitri Peskov, Helsinki las conversaciones fueron fuertes, pues se trataron todos los temas del diferendo bilateral y se llamaron las cosas por su nombre.
“Fueron dos horas de pláticas cara a cara de Putin y Trump, donde se expusieron las posiciones de cada parte, sin tapujos, comentó el portavoz, pero nunca sin salirse de las normas de la 'decencia diplomática', explicó Peskov en un texto de Prensa Latina.
El mandatario estadounidense había comentado que su encuentro con Putin fue muy duro, al responder una pregunta de la televisión de su país sobre las razones por las cuales se abstenía de criticar al jefe de Estado ruso.
La reunión de los mandatarios de Washington y Moscú se produjo en el marco de las diferencias en el tratamiento del conflicto en Siria y la confrontación en el sureste ucraniano, mientras la Casa Blanca acusa al Kremlin de interferir en sus asuntos internos, incluido mediante el espionaje cibernético.
Como forma de presionar a Moscu, Estados Unidos ha impuesto varias sanciones unilaterales contra Rusia que abarcaron la esfera energética, la industria militar y algunos sectores de la rama espacial.
Según los reportes de los que se hace eco Prensa Latina la aplicación de restricciones por Washington busca frenar las posibilidades de desarrollo económico de esta nación que, entre otras cosas, le permitió modernizar en los últimos años sus fuerzas armadas y revertir el efecto de las sanciones.
Putin destacó que las medidas coercitivas obligaron al país a invertir en el desarrollo de su agricultura, para sustituir productos que quedaron vedados con las contramedidas de Moscú, lo cual llevó a que el pasado año esa rama superara a la industria militar en las exportaciones.
El complejo militar industrial vendió armamentos por unos 15 mil millones de dólares, mientras la agricultura superó los 20 mil millones, destacó el mandatario ruso.