La historia de más de medio siglo de los partidos y los políticos gobernantes en la República Dominicana, salvo raras excepciones, es la historia de su conversión en negocios sucios (robo de fondos públicos, saqueo del patrimonio nacional, financiamiento con dinero sucio, tráfico de influencia empresarial, sobornos, ventas de franquicias, clientelismo, fraudes, estafas…) y/o en beneficiarios de un escandaloso sistema de privilegios (subvenciones, exoneraciones, botellas, barrilitos, fundaciones, sueldos lujosos, dietas, viajes, asignaciones injustificadas, fundaciones, seguros privados, pensiones elevadísimas…)
El partido Reformista Social Cristiano (PRSC), Partido Quisqueyano Demócrata (PQD) y Partido Revolucionario Institucional (PRI) nacieron corruptos. El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) se pudrió, el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) se corrompió y el Partido Revolucionario Moderno (PRM) carga con grandes culpas y no pocos corruptos. Los renegados de las izquierdas se degradaron y los partiditos sanguijuelas forman parte de ese pantano.
El sistema de corrupción e impunidad a nivel de gobierno, congreso, sistema electoral, sistema judicial, policía, Dirección Nacional Contra Drogas (DNCD), cuerpos castrenses, cuerpo diplomático, alcaldías… ha sido forjado por ellos junto a mafias empresariales, militares-policiales. Perfeccionado y dominado por el PLD.
En verdad no son partidos. Son negocios, CxA y Corporaciones corruptas y corruptoras, que se enriquecen al tiempo que empobrecen dramáticamente a nuestro pueblo. De ahí la enorme desafiliación en un 60 % y el inmenso rechazo popular (76%), mientras Marcha Verde concita un respaldo de un 85%.
Entonces, ¿qué sentido tiene empujar a Marcha Verde a proponerle firmar un compromiso de lucha contra la impunidad a los partidos, entre los que predominan entidades responsables tanto de este sistema putrefacto como de la impunidad instalada?
¿Cómo explicarle a pueblo que rechaza y desconfía de esos partidos, que nosotros/as confiamos en ellos por que firmen un papel o maniobren para presentarse como lo que no han sido y no son?
¿Qué ha reivindicado al PRSC, PRM, PQD, PDI… para hacerle esa propuesta?
Incluso organizaciones electorales que no tienen compromiso con la corrupción, como el Frente Amplio y Alianza País, en lugar de disponerse a desmontar este sistema podrido desde las calles, hablan de un frente electoral que incluye a esos partidos y entidades sociales.
¿Por qué proceder así?
¿Cual sentido tiene, además, hacerlo ahora sin analizar a fondo la coyuntura, sin ponderar sus impactos y sin que se sepan cuáles serán sus candidatos, el carácter de sus nuevas crisis, y sus próximas alianzas?
¿Qué sentido tiene, que no sea torcer la impactante trayectoria de MV y aceptar esta institucionalidad en descomposición (planteando remiendos a futuro), para favorecer opciones electorales infectadas de corrupción impune, o para simplemente buscar a través de ellos mayores posibilidades para algunas candidaturas? (Santo Domingo, RD)