Euclides Gutiérrez Félix, viejo dirigente que ha pasado por todas las etapas políticas de los últimos 70 años ha declarado –para asustar a sus compañeros- que si el Partido de la Liberación Dominicana sale del poder todos caerán presos, incluso él.
Es su manera de llamar a la unidad, a la razón a limar asperezas que conduzcan a un acuerdo entre Danilo Medina y Leonel Fernández que evite la división y abra la posibilidad de continuar en el poder más allá del 2020.
Francisco Javier García, un político bien formado, que ha sido jefe de campaña tanto de Leonel como de Danilo, miembro prominente del Comité Político y ministro de Turismo, recordó que todo lo que tiene el PLD hoy, senadores, diputados, alcaldes, jueces, etc., también lo tuvo el PRD y lo perdió todo. La historia podría repetirse en el 20.
Razones hay para temer. Las cosas no pintan bien para el PLD. Las contradicciones son cada vez más agudas. Los “dimes y diretes” rayan en el irrespeto y los insultos llegando hasta las bases del partido que fuera el más ordenado y disciplinado.
El miedo a perder el poder crece como una sombra perturbadora, por las consecuencias que podría acarrearle a sus dirigentes y funcionarios, incluyendo a los líderes de los grupos que se diputan el partido “a todo pulmón”.
Danilo está dispuesto a jugarse el todo por el todo. Sabe que la reelección es una aventura peligrosa, que tomar las “altas cortes” para eliminar el transitorio de la Constitución para presentarse como candidato es un gran problema.
Sus “asesores” le aconsejan esa medida jurídica. La otra salida sería volver a modificar la Carta Magna. Como dijo la secretaria de organización del PLD refiriéndose a la Constitución: “La cambiamos, ¿y qué?” Tenemos la mayoría. No sabe, pobre doña, que no basta con la mayoría. ¡Esta vez no, mi querida!
Cualquiera de las posibles “salidas” al impedimento legal que tiene Danilo conduce a la destrucción del muy frágil ordenamiento jurídico y el establecimiento de una dictadura que el pueblo difícilmente acepte. La ingobernabilidad sería inmediata. La convulsión social no se haría esperar con un trágico balance.
Un acuerdo Danilo-Leonel es cada vez más difícil. Uno no cree en el otro, y viceversa. Y razones tienen para la desconfianza. ¿Qué garantías tiene Danilo de que no terminará en los tribunales junto con sus más cercanos colaboradores si Leonel vuelve a la presidencia?
Parafraseando a Francisco Javier, todos los poderes que tiene Danilo hoy los tuvo Leonel. El Estado venció a Danilo y luego el Estado ha vencido varias veces a Leonel dejándolo huérfano de poder y con una espada de Damocles cercenándole el futuro.
El presidente Medina está en una encrucijada: la Constitución le prohíbe reelegirse. El “nunca jamás” pesa más que “un matrimonio obligado”. Sus arfiles no logran impactar. Leonel les lleva la milla a todos juntos. Aun con las primarias abiertas y los recursos públicos a todo vapor en su contra –lo cual siempre es inmoral- considero que Leonel gana. Según mi apreciación, el único que puede enfrentar con éxito a Leonel es Danilo utilizando los recursos del Estado como siempre. Pero el “nunca jamás” es una tremenda vaina para él.
Sobre Danilo y su gobierno hay muchos indicios de corrupción y prevaricación. Un gobierno que no sea enteramente suyo, aunque sea a través de un títere, lo pondría en aprietos como ha sucedido en otros países latinoamericanos. Danilo puede verse en muchos espejos. (Perú, Panamá, Colombia, Brasil, Argentina, entre otros).
Este es el único país de la región donde no hay un solo preso por el caso Odebrecht. El soborno de 92 millones de dólares a legisladores y funcionarios que se encuentra en los tribunales, es una pantomima. Los mil 400 millones a Joao Santana, que la diputada Faride Raful pide que se investigue, flotan; el financiamiento de la campaña electoral es un secreto a voces. Temístocles Montás admite que recibió dinero, pero que lo entregó al partido; Díaz Rúa dice lo mismo, como si el PLD fuera una lavandería política.
Por eso y mucho más, Danilo intentará mantenerse en el poder jugándose el todo por el todo. Habría que ver si Leonel está dispuesto también a jugarse el todo por el todo para impedirlo. Y si los partidos de oposición están dispuestos, de igual modo, a jugarse el todo por el todo para derrotar al PLD en cualquier escenario, con Danilo o sin Danilo, con Leonel o sin Leonel.