El joven Karin Abu Naba ‘a, bien conocido por sus excentricidades y controversias para llamar la atención como quién tiene un gran déficit de atención, exhibiendo una vida de millonario que muchos dicen que es falsa, “consiguió” un partido, algo fácil de obtener en nuestro país, (Ranfis Trujillo, Amable Aristy Castro, entre otros) y anunció su candidatura presidencial, algo que tampoco es difícil de lograr.
En una valla que colocada en distintos lugares Karin aparece amarrado con “una camisa de fuerza” con una oración muy simpática y llamativa que dice: “Es mejor un loco, que un ladrón”. El loco es él, obviamente, el “ladrón”, no sé; este país está lleno de locos y de ladrones.
No tengo nada en contra “del loco de Karim”, pero si en contra de los políticos ladrones.
He dicho muchas veces que todo el que llega pobre al gobierno, y sale rico, es un delincuente, prevaricador, estafador, y hasta asesino. Y de esos hay muchos pululando por los pasillos del poder, con un traje y una corbata.
Un “interactivo” de la radio dice que prefiere un loco a un ladrón en la presidencia de la República. Supongo que otros dirán lo mismo.
1.-Un loco, según el diccionario, es “una persona que tiene trastornadas o perturbadas las facultades mentales. Sinónimo: demente, lunático, maniático, chiflado, enajenado, etc.”.
“persona que tiene poco juicio o se comporta de forma disparatada, imprudente o temeraria, sin pensar en las consecuencias”.
El mataburros dice que “un ladrón es una persona que tiene por costumbre u oficio el apropiarse de cosas que no le pertenecen. Uso: se emplea también como sustantivo” Sinónimos: carterista, caco, ratero, cleptómano, descuidero, saqueador, timador, bandido, atracador, maleante, cuatrero, estafador, usurero, caco, bandolero, malhechor, bandido, salteador, perverso, etc.
En el poder hemos tenido, a lo largo de nuestra historia, ladrones, locos y asesinos.
No sé ustedes, queridos lectores, pero no quiero en la presidencia a ninguno de esos especímenes. Al final nadie sabe cuál de los dos es más peligroso para un país. En política un loco puede ser ladrón y un ladrón puede ser loco.
Prefiero un político honorable, honesto, trabajador, capaz, decente, que conduzca el país con sentido ético y moral, combatiendo y condenando la corrupción, venga de donde venga; como manda la ley, no importa si es loco o se hace el loco.
Si Karim sabe contar, que no cuente conmigo.
La política no es un juego de muchacho, y menos en estos momentos. El PLD dejará un país en ruinas, sólo quedarán los escombros cuando el pueblo lo saque del poder. La herencia de los gobiernos del PLD será maldita y peligrosa: corrupción, impunidad, narcotráfico, crimen del bajo mundo, endeudamiento externo, inseguridad ciudadana, desempleo, el alto costo de la vida, poco inversión en salud, viviendas, etc.
Esas, y muchas otras cosas, no puede hacerlas un loco. Un demente debe estar en el consultorio del siquiatra o interno en una clínica especializada, mientras que un político ladrón tiene que estar en cárcel.
No es verdad, Karim, que “es mejor un loco que un ladrón”. Ninguno de los dos puede estar al frente de un país sumergido en la mayor crisis política, económica, social y moral de toda su historia.