Como cada año la Corporación Latinobarómetro, una ONG sin fines de lucro dio a conocer su informe anual que de acuerdo a su ficha técnica incorpora a 18 países con muestras representativas de la población nacional de cada país, de 1.000 y 1.200 casos en un período que va desde el 15 de junio hasta 2 de agosto del presente año.
En esta ocasión se arrojan datos interesantes que merecen la pena destacar, ya que desde mi humilde punto de vista pone en jaque el sistema democrático que tenemos en América Latina, y el que hacer son de las interrogantes que tenemos que hacernos para cambiar una realidad que da de frente y que puede sucumbir en procesos políticos que son del pasado.
Un dato interesante que refleja el estudio y que merece ser destacado es el caso de que de los 20.000 latinoamericanos que fueron entrevistados para la realización del estudio el 48% de ellos reveló que ya no respaldan la democracia. Este resultado muestra un descenso de cinco puntos en comparación al 2017.
El estudio en cuestión destaca además que por primera vez desde que se realiza la encuesta, el 28% de los consultados se declaró indiferente frente a la preferencia por una forma de gobierno.
Prácticamente seis de cada diez personas consultadas según el estudio señalaron que no votarían por un partido político, analizar este dato es motivo de preocupación y evidentemente de que es una señal de debilidad de la democracia, no se concibe una democracia sin partidos políticos y la legitimación de los partidos surge a partir de los procesos electorales por lo que la ciudadanía juega un rol fundamental a la hora de elegir a quienes serian sus representantes y el hecho de que 6 de cada 10 se sienta indiferentes se constituye en un desafío fundamental de los partidos para ganarse la confianza de los ciudadanos.
Pero este dato es aun mas preocupante ya que la indiferencia se acentúa en los jóvenes en edades que comprende entre los 16 años y 26 años, lo que significa, que lo que podrían ser el relevo generacional están demostrando indiferencia ante el sistema político, lo que es evidentemente una señal de alarma por sus consecuencias futuras que esta pueda tener, por lo que es necesario establecer estrategia política para que la juventud se sienta motivado a participar en política y que para eso los partidos políticos tienen que ganarse la confianza y sobre todo crear las condiciones para una efectiva participación de la juventud.
Dicho estudio plantea que el apoyo a la democracia en la región lleva cinco años consecutivos de caídas y solo el 53% de los ciudadanos consultados se mostraba partidario de esta forma de Gobierno, esta crisis de confianza, está empezando a erosionar la propia legitimidad de los gobiernos, cuyos niveles de aprobación -salvo algunas excepciones- en niveles bajos. Más aún, hay una amenaza creciente sobre la legitimidad de la democracia en sí misma, que sigue perdiendo apoyo en la población, por lo que el 48% de los latinoamericanos se halla insatisfecho con la salud de sus democracias.
El estudio precisa que nunca había existido una percepción de retroceso tan grande, siendo los principales factores los problemas económicos (35%), la delincuencia (19%) , la situación política y corrupción (9%), por lo que hay un tema pendiente de políticas públicas tendentes a solucionar los grandes males que afecta sobre todo a la región mas desigual como lo es América Latina.
La baja aprobación de gobierno en América Latina es un indicador del declive de la democracia. Son 18 países que sufren del mismo mal, males que tiene que ver con la desigualdad y distribución de las riquezas, a pesar de que haya crecimiento económico y sin embargo no se refleja en la calidad de vida de las personas, es por eso que no es casualidad que el informe también indica que se incrementó la percepción en que se “gobierna para unos cuantos grupos poderosos en su propio beneficio”, acrecentando este argumento entre 2006 y 2018 de 61 a 79%.
Al analizar estos datos queda claro que la credibilidad de los gobiernos y los partidos políticos es sin lugar a duda el principal desafío para que la ciudadanía le genere confianza, los gobiernos deben analizar este tema de forma profunda y comenzar a implementar cambios para lograr que los ciudadanos estén conformes y vuelvan a tener confianza en ellos y en las instituciones, confianza que se está perdiendo y que por el bien de la democracia es necesario poder rescatar.
Pablo Vicente, Abogado y Gestor Social, es el Presidente de la Fundación Justicia y Desarrollo Local (FUJUDEL) y de la Red Latinoamericana para el Desarrollo Democrático (REDLADD) [email protected], @pablo_vicente