De no haber sido por la trágica precipitación a tierra en zona boscosa de Villa Hermosa, en la Romana, de un helicóptero, con saldo de cinco muertos, el gran protagonista de la semana lo habría sido Augusto Willie Falcón, ex convicto por narcotráfico con pena recién cumplida en Miami, de 20 años de cárcel, corriendo suerte distinta a la de su socio, Salvatore Magluta, que cumple una pena de 196 años.
A ambos, y, a un hermano de Willie Falcón, Gustavo Falcón, se les denominaba como los Cowboys de la Cocaína, pero todo indica que el huésped de las autoridades dominicanas, negoció pena distinta a la de la prisión perpetua. Su hermano había estado prófugo durante veintiséis años, pero ha sido capturado recientemente y se enfrenta a juicio.
Tan pronto algunos noticieros de La Florida empezaron a difundir la información de que Willie Falcón había sido deportado hacia la República Dominicana, y no hacia Cuba, de donde es nacional, se encendió una campaña de comentarios adversos, dirigidos, sobre todo, a censurar al Gobierno por haberlo acogido.
Y los ataques enfocaban su presencia en el país, como una concesión al narcotráfico, y no como lo que era en realidad: una petición de una agencia de seguridad del principal socio comercial de la República Dominicana, que llegado el momento de deportar un ex recluso sin ciudadanía estadounidense, temía por su vida al repatriarlo a su país y buscó de otro, que le ayudara a resolver el tema de manera provisional.
Son tratos frecuentes entre los estados y no conllevan transgresión a la legalidad, independientemente de que no sean decisiones simpáticas ni dignas de destacarse, pero los niveles de colaboración entre naciones aliadas no son sólo para alcanzar beneficios mutuos, también acarrean compromisos.
¿Se afecta la reputación internacional de la República por el hecho de que una persona que haya cumplido condena por drogas se encuentre provisionalmente en su país por una solicitud humanitaria de una agencia de Estados Unidos?
¿Estados Unidos que se arroga la facultad de calificar a las naciones en función de su colaboración para la persecución del crímen de las drogas, colocará valoración negativa por haber acogido temporalmente un huésped traído por ellos?
¿Tiene chance de volver a sus andanzas un individuo bajo la lupa permanente de la DEA y desarraigado de un negocio ilícito de rápida, moderna y eficiente reestructuración? ¿Qué narcotraficante se va a acercar a coordinar operaciones con un individuo que redujo su pena en negociación con las autoridadades norteamericanas, que también se han ocupado de procurarle un destino seguro? ¿Quién no creerá que acercarse a él es entramparse?
El encono que algunos adversarios del presidente Danilo Medina han estado exhibiendo, no es propiamente con la llegada al país de Willie Falcón; sino porque lo ocurrido refleja que las relaciones del gobierno con su principal socio comercial, fluyen con normalidad.
La historia que algunos quisieran estar contando en estos momentos, es la del deterioro de las relaciones con los Estados Unidos, a consecuencia de haber roto las relaciones diplomáticas con Taiwan y haberlas establecido con China Popular.
Lo de Falcón los ha indignado porque es una comprobación de que el presidente que ha valorado la relación con China, actúa sin ignorar que Estados Unidos es el principal destino de las exportaciones dominicanas; el principal destino de su diáspora, orígen principal de las remesas y emisor de tres millones de turistas hacia RD.