La iniciativa enfrenta al Gobierno con el sector tradicional del sector privado que ha desarrollado ese destino de visititantes extranjeros.
El anuncio de que en el destino turístico Punta Cana-Bávaro serán construidas torres, para ser integradas al servicio que se ofrece a los vacacionistas que visitan República Dominicana, ha desatado una controversia que enfrenta dos visiones sobre el futuro de ese importante sector de la economía nacional.
Los pioneros del desarrollo turístico de ese destino,liderado por Frank Rainieri, o más bien el sector empresarial tradicional, se opone a la decisión del Estado de apuntalarlo permitiendo una ampliación del desarrollo inmobiliario.
El Gobierno, a través del Ministerio de Turismo, ha estado defendiendo la decisión, confiado en que contribuiría a la meta de atraer 10 millones de turistas al año, lo que entienden no será posible con la infraestructura turística actual. Por eso ha autorizado la construcción del proyecto de torres en el hotel Moon Palace Punta Cana.
El ministro de Turismo, Francisco Javier García, ha fundamentado la posición del gobierno señalando que el mundo está en cambio constante y que el turismo también lo está "en la industria la demanda es creciente, diversificar es la palabra clave, diversificar la oferta, los segmentos y los territorios ha sido y será la tónica", subrayó.
La posición de Asonahores
Al planteamiento oficial, la Asociación Nacional de Hoteles y Turismo de la República Dominicana (Asonahores), a través de su presidente Joel Santos, ha respondido que los hoteles de Punta Cana han convertido a este polo en el principal destino turístico del Caribe y aportan a interesantes soluciones arquitectónicas y de construcción para la exitoso hotelería “todo incluido”, cuyo uso se ha expandido a otros destinos de sol y playa.
“Existe un estudio que muestra cómo la construcción de torres en Punta Cana desfiguraría el típico paisaje costero caribeño, componente fundamental del turismo en las islas”, expresó Santos en un comunicado en el que fija posición respecto a las torres.
Industriales de Herrera dice es un desatino
Cada semana se suma un nuevo actor del sector empresarial que se oponen a las torres. Esta vez la Asociación Nacional de Empresas e Industrias Herrera (ANEIH) definió como un desatino el cambio repentino y sin transparencia del esquema constructivo en las zonas de Punta Cana y Macao y advirtió que levantar torres en esos lugares será la destrucción de un destino de clase mundial y con un modelo que ha sido exitoso.
El presidente de la entidad, Antonio Taveras Guzmán, dijo que con la decisión se pone en juego la sostenibilidad del entorno, se crean altos riesgos de arrabalización y se aumenta la presión sobre el ecosistema, al impulsar el aumento de la densidad en una zona donde el Gobierno no hecho las inversiones necesarias para infraestructura sanitaria y de agua potable.
El dirigente empresarial sostuvo que –además de los aspectos ambientales y de sostenibilidad- el cambio repentino de reglas del juego constituye un golpe a inversiones en marcha, mediante las cuales se adquirieron extensiones de terrenos que ahora se devaluarán.
“Si el desarrollo horizontal en ese destino ha dado tantos resultados, por qué cambiar a hurtadillas las normas para desarrollar torres que vienen a crear congestión y a impactar visualmente de manera negativa en lugar donde se busca descanso, desconexión y ruptura con el ambiente urbano”, manifestó el empresario.
Deslealtad para los pioneros.
Para Taveras Guzmán, el desarrollo de torres en Punta Cana y Macao es un acto desleal para los pioneros de la zona que desarrollaron el destino cuando eso era “monte y culebras” y nadie se atrevía a dar el paso para crear lo que es hoy un paradigma turístico.
“¿Por qué imponerle a los empresarios exitosos de este país un tipo de construcción que le cambia de la noche a la mañana todos sus planes de negocio? se preguntó el presidente de ANEIH.
Abogó por una estrategia de desarrollo turístico basada en la diversificación desde el punto de vista terrotorial, promoviendo inversiones en zonas con alto potencial y no generar presión a aquellas que ya cuentan con un modelo de probado éxito como Punta Cana.
“Debemos apostar por un turismo que impacte positivamente en los territorios, que no termine generando rechazo de las poblaciones por las densidades fuera de control”, expresó Taveras Guzmán al señalar que la actividad turística es un ancla para el desarrollo de la agropecuaria y otros sectores que, por esa vía, pueden ser generadores de divisa.
Lamentó que por complacer los intereses particulares de un grupo se decida dañar un tejido empresarial orgánico que durante décadas se ha esforzado, a veces sin ayuda del Estado, para desarrollar un gran turismo.
“Los turistas que van a Punta Cana no lo hacen para encontrarse con un ambiente urbano, congestionado, sino que buscan naturaleza, sol, playa, palmeras, y no visuales formadas por moles de cemento,” apuntó.