Por Manuel Hernández Villeta/ Fue una derrota política para el presidente Danilo Medina la no firma del Pacto Mundial Sobre Migración. Ni siquiera contó con el auxilio del movimiento publicitario para presentar como un triunfo el morder el polvo. La protesta popular tomó de sorpresa a los analistas gubernamentales.
Desde hacía meses el gobierno se aprestaba a firmar el Pacto sometido por la Organización de las Naciones Unidas. Conociendo lo polémico del tema, lo lógico era que se preparara la retaguardia y el ejército mediático para proceder a dar la pelea.
Hasta último momento desde el gobierno se pensó que se podría firmar ese pacto, pero en las calles creció la posición de rechazo. Ir en contra de la opinión pública era ya un contrasentido. No firmar, permitía hacer ver que desde el gobierno se escuchaba el clamor popular.
Pero los propagandistas oficialistas lucieron torpes e inoportunos y no supieron contrarrestar el flujo de rechazo. Fue una clara derrota política, en momentos en que se está en el camino de la reelección.
Es necesario que desde el oficialismo se dé un golpe de opinión pública, debido a que ha tenido en el tapete dos temas muy delicados que casi le han acorralado. Aparte del pacto, el otro es el de un narcotraficante y señalado como asesino que purgó condena en los Estados Unidos, y luego de su excarcelación se le dio refugio en el país.
Hay que ser claro, nadie tiene fuerzas en el país par parar la migración ilegal. El pacto puede ser rechazado por los nacionalistas y los opositores, pero la firma del mismo tampoco hubiera significado mucho.
Ya la frontera es tierra de nadie, donde a pesar de la férrea vigilancia militar, siguen llegando indocumentados. Las parturientas haitianas vienen por decenas a las maternidades dominicanas, y nadie pone fin a esa situación.
Ni siquiera se están tomando las medidas que recomienda la Constitución, las leyes y los reglamentos para impedir la llegada de nuevos indocumentados, y lo que es más terrible, que se aplique que son dominicanos a los nacidos en la República Dominicana de padres ilegales.
Más que Pacto, lo peligroso para los dominicanos es que haya miles de haitianos que son la columna de la agroindustria y la industria de la construcción. También tienen una posición cada día mayor en la zona turística y las zonas francas. Hay muchos empresarios que solo quieren mano de obra barata, y se les importa el destino nacional. ¡Ay!, se me acabó la tinta.