Me lo enviaron ayer desde New York. Me refiero al artículo “Para tapar otra gotera”, de la periodista Inés Aizpún, publicado recientemente en el matutino Diario Libre. En esa entrega, la reconocida comunicadora, expone una serie de datos que no se corresponden con la verdad.
La comunicadora descalifica a la UASD en lo académico, en lo administrativo y en lo moral, en momentos en que en la academia estatal se actúa con transparencia y se hacen esfuerzos por la mejoría de las diversas funciones que establece el Estatuto Orgánico.
Su artículo es una respuesta a un recorrido que un día antes realizó la rectora, con periodistas de distintos medios, para supervisar remodelaciones de cinco edificaciones de la sede central, incluyendo a los Laboratorios de Medicina, que ameritaban urgente reparación, debido a su deterioro, para que al iniciar el nuevo semestre los estudiantes de esa área académica puedan realizar sus tareas en mejores condiciones.
Cabe observarle a la señora Aizpún que la actual rectora, doctora Emma Polanco, encontró una deuda acumulada de muchos años (diversas gestiones) y que sus primeras medidas fueron solicitar una auditoría a la Cámara de Cuentas, suspender las compensaciones y contratos de investigaciones concluidas, cancelar empleados designados de forma irregular e imponer un fuerte plan de austeridad, al extremo que las fiestas navideñas no se celebraron, en diciembre, como cada año se hacen con empleados, profesores y también con pensionados y jubilados de la institución.
Sin embargo, el ahorro por concepto de saneamiento y austeridad es insuficiente para responder a las necesidades de una academia de estudios superiores con 243 mil estudiantes (223 mil más 20 mil que se inscribieron para este semestre), distribuidos en la sede central y 22 recintos universitarios en provincias del país. La UASD necesita más profesores para sus necesidades docentes y no tiene dinero, porque el dinero que le corresponde por ley no se le entrega.
Se necesita dinero para profesores de grado y post grado, pero también para optimizar las condiciones de estructuras físicas, laboratorios, tecnologías e investigaciones, en momentos en que se rediseña toda la oferta curricular (incluyendo carreras tradicionales y nuevas) y se internacionaliza la academia mediante acuerdos que se han suscrito con universidades del mundo.
La periodista Aizpún desaprueba que la UASD sirva de garante, ante el Banco de Reservas, a profesores que toman préstamos para dotarse de vehículos de motor, pero esos préstamos son pagados por los profesores. La mayoría de los profesores que han hecho préstamos a tres, cuatro y cinco años para carros y jeepetas económicas Hyundai y Kía el sueldo se le ha achicado significativamente, pues se le descuenta de la nómina todos los meses. ¿Dónde está la irregularidad?
También dice que en la UASD pensionan a los 45 años. ¡Señale un solo caso, naturalmente, que no sea por enfermedad! El que tiene poder de información no debe de apartarse de la verdad señora, porque se expone a faltar a la ética.
La Universidad Autónoma de Santo Domingo ha tenido y tiene enemigos que la odian, en algunos casos de forma gratuita, producto de la desinformación, pero en otros casos respondiendo a grupos empresariales que han incursionado en la docencia universitaria y son propietarios de universidades.
Este último sector, a través de su poder mediático, aboga por la privatización de la UASD, pero previamente procurando su descrédito absoluto al presentarla como sinónimo de anarquía y caos. En lo administrativo la califican de “barril sin fondo”, cuando la realidad es que a la UASD no se le otorga el presupuesto que amerita, razón por la cual está en la cola económica, la que percibe el menor presupuesto, entre las academias de estudios superiores del continente.
Independientemente de la mala imagen que le han creado, la UASD sigue abierta y ofertando múltiples carreras universitarias a jóvenes de los estratos sociales más empobrecidos, que jamás podrían realizar una profesión universitaria si no fuera por la Primada de América.
Realmente ignoro las razones que motivan a la periodista Inés Aizpún, subdirectora del muy leído Diario Libre, a descalificar a la UASD en lo académico, en lo administrativo y en lo moral, pero sea la razón que sea no debería de manipular datos ni exponer aspectos que son falsos, pues esa actitud afecta su crédito público.