El gobierno ha vendido muy la idea, repetida todos los días por sus bocinas, más de 350, y hasta por periodistas y comunicadores bien intencionados, que “no hay oposición”, lo que le ha permitido al presidente Medina hacerse el “ciego, sordo y mudo” cuando cree convenirle mientras el país cae de bruces ante la delincuencia, criminalidad, narcotráfico, el crimen y la corrupción, protegida por un manto de impunidad judicial sin que nada ocurra.
Contrario a lo que dice el gobierno, sí hay oposición, solo que ciudadana, no partidaria; es decir, los hombres y mujeres de este país conscientes de lo que está sucediendo, se expresan en el movimiento Marcha Verde, en las organizaciones como Participación Ciudadana, Coalición democrática por la regeneración nacional, entre muchas otras.
La mayoría de esas entidades trabajan para la formación de un frente o coalición de partidos políticos y sociedad civil para elaborar una plataforma unitaria llevando a los mejores hombres y mujeres a los cargos congresuales y municipales, y un candidato o candidata presidencial que represente, no a un partido, sino el programa de gobierno, base de la unidad.
En mi cuenta de twitter, @juan Taveras h, escribí: “Danilo dice cuanto disparates se les ocurre y no pasa nada. Las bocinas se meten la lengua en el trasero. Y la gran prensa, llena de vergüenza propia, guarda silencio”. Lo dije a propósito de sus irresponsables declaraciones sobre los deportados, a quienes responsabiliza del avance indetenible de la delincuencia, lo cual es absolutamente falso. (No sabía yo que la mayoría de sus funcionarios civiles y militares eran deportados)
Más adelante agregué: “Balaguer, al margen de sus perversidades, era un estadistas, culto, intelectual. El PLD pidió reiteradamente su renuncia. “¡Que se vaya ya!”. Decía. Danilo, que sólo es perverso, sin talento y sin cultura, hace tiempo debió irse. El cargo le queda grande”.
Abogados, economistas, sociólogos, periodistas, sindicalistas, amas de casa, empresarios y comerciantes comprometidos con el cambio político, lo creen sinceramente, y hasta lo dicen, como es mi caso, pero nuestras propuestas y comentarios no encuentran eco en los partidos grandes y pequeños. Es ahí donde está el problema. Hay oposición, claro que la hay, pero los partidos están en la retaguardia produciendo una que otra nota o declaración de prensa tardía.
¿Dónde está el Gabinete de la Sombra del Partido Revolucionario Moderno o de cualquier otro contrario al gobierno? ¿Dónde están sus planes de lucha para defender los intereses del pueblo? ¡No basta con notas y declaraciones de prensa! Ni siquiera en las redes sociales el PRM tiene presencia inteligencia y competitiva con la “factoría” comunicacional del vocero de la presidencia, Roberto Rodríguez Marchena.
El PLD mantuvo una oposición rabiosa, radical, insensata en ocasiones contra los gobiernos de Balaguer y del PRD. Sin embargo, tan pronto llegó al poder aniquiló la oposición comenzando con su aliado reformista; luego creo y compró grupúsculos, hasta que finalmente la embistió contra el PRD convirtiéndolo en una entelequia, valiéndose de los recursos del Estado.
Una oposición suave, ni fría ni caliente, temerosa, inconsecuente, mediocre, no conduce al triunfo y mucho menos poder.
Creer que la lucha de perros que libran Danilo y Leonel será suficiente para derrotarlos, es una quimera. Puede ser un elemento, pero solo eso. Se pueden matar, es cierto, pero igual pueden conciliar sus intereses. (La historia política así lo dice)
El problema del PRM y los demás no es si Leonel y Danilo se van a un duelo mortal; el problema del PRM es el PRM; es su actitud ante los hechos, su falta de visión, de una línea política programática que lo diferencia de los demás pero que al mismo tiempo sea un instrumento de unidad y de lucha, confiando en la capacidad transformadora de las masas.
El PRM tiene que ser un partido opositor de verdad, no de mentiras, para ganar el poder, y eso requiere de garras, actitud, que es siempre la última palabra, como decía Benedetti. Y el que tenga miedo que se compre un perro prieto y se quede en su casa. Este es un año de oposición, no de conciliación.