Hoy 26 de enero, en el 206 aniversario del natalicio del más grande dominicano: Juan Pablo Duarte Díez, padre fundador de nuestra nación, mi encomio, sin endiosar su vida y entregada, para que seamos un pueblo fuerte y libre.
Gratitud a ti, fundador de La Trinitaria, La Filantrópica y La Dramática; sociedades que despertaron el sentir; las fibras patrióticas, siendo plataforma de la independencia nacional.
Reconocimiento por tu elevada visión humana. Apóstol del nacionalismo, la democracia y la justicia social.
Exvoto al Patricio, por ser fiel a sus ideales; legarnos una patria fuerte y libre. Siendo para ello, un aguerrido general, pensador, gestor, intelectual, desprendido, visionario, avanzado.
Pagaste el más alto de los precios por tú sin igual regalo: calamidades, exilios, enfermedades y la muerte, lejos del terruño por el que ofreciste todo, en lo material y humano.
Vítores a ti ideólogo de la República Dominicana, por entender que la justicia social es el primer deber de cada ser humano y el fundamento de la felicidad social.
“Debemos ser unidos y hallarnos dispuestos al sacrificio, si es necesario, para evitar la discordia social”.
Mi ovación porque practicaste y propiciaste la armonía en entre las clases sociales de la población dominicana, convencido de que nunca debe existir clase que tenga privilegios políticos o económicos, porque va en contra de la fraternidad social y la justicia social. Qué avanzado e inmenso!
Te admiro por la vida que nos legaste. Exhortándonos cumplir la ley, como regla a la que todos: gobernantes gobernados debemos acomodar nuestros actos, protegiendo con ella, la propiedad, la vida, la libertad y el honor.
Por guiarnos con tu ejemplo, hacia los caminos de la honestidad política, repitiendo una y otra vez, que la cosa del Estado debe manejarse con honradez, y la política debe ejercerse con desinterés económico. Contrario a lo que ocurre hoy en día. En eso te fallaron!
Hoy honro al más grande de los dominicanos, puesto que ocupa junto a Francisco Del Rosario Sánchez, Matías Ramón Mella, María Trinidad Sánchez, Concepción Bona, Rosa Duarte, Gregorio Luperón, y otros héroes y heroínas patrióticos, ensenarnos que la libertad debe ser considerada lo más preciado de la vida.
Tu impronta es infinita. Mi agradecimiento, por creer que la patria debe ser amada con amor invariable, entrega total y absoluto empeño para beneficiarla en todo.
Porque tu rastro sigue recordándonos que somos un pueblo grande, una hermosa etnia; que a pesar de nuestros defectos, si se nos gobierna con acierto, seremos siempre dueños de nuestro destino.
Gracias por inyectarnos valor para jamás permitir que ninguna parte de nuestro territorio sea cedida a ninguna nación extranjera, y por enseñarnos a no aceptar imposición de gobierno extranjero. Por el coraje, valor disciplina y voluntad.
Eres eterno, por ser tan grande. Por forjarnos la conciencia nacional. Ejemplo viviente; por enseñarnos a ser un pueblo unido y justo.
Tus ideales, ejemplo y enseñanzas son imperecederos.
¡Duarte glorioso, varón ilustre!
La autora reside en Santo Domingo, Rep. Dom.
Es educadora, periodista, abogada y locutora.