El candidato presidencial por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) será el expresidente Leonel Fernández.
¡No tengo dudas!
Para evitar lo que parece inevitable tendría que ocurrir algo demasiado grande, un golpe que lo derrumbe del pedestal en que se encuentre; una enfermedad –que no parece- un accidente –del cual se está cuidando- la muerte repentina, lo que le puede llegar a cualquiera, o que un sicario lo mate. Si no ocurre un evento de esa naturaleza, Leonel será el candidato.
Sin Danilo en la contienda, Leonel no tendrá opositor que le arrebate la candidatura. Entonces Danilo no tendrá más opción que buscar “un bajadero” a través del cual se quede con una importante cuota de poder a la hora de seleccionar los demás puestos de elección popular: senadores, diputados, alcaldes y regidores.
Fuera de la presidencia de la República Danilo tendrá que protegerse y proteger a sus lacayos más cercanos, y la mejor manera es teniendo mayoría en el Senado. ¡Ahora si es verdad que Danilo necesitará “su Congreso”!
Quienes creen que las contradicciones en el PLD han llegado a un punto sin retorno, me temo que estén equivocados; Danilo y Leonel –que no son dos gallos locos en política- tienen mucho que perder. Cuando estén más álcidas las discusiones, cuando los enfrentamientos sean más cruentos, entonces se aproximará la sensatez.
El PLD, contrario al PRD, no tiene vocación autodestructiva; el PLD es un partido con vocación de poder, acostumbrado al poder, corrompido por el poder. Y luchará hasta el último segundo para no perderlo; sus líderes saben les que puede suceder en un cambio de gobierno. Los ejemplos sobran: Argentina, Brasil, Panamá, Ecuador, Perú, Colombia, etc.
Danilo, Montalvo, Peralta, Rodríguez Marchena y demás personajes convirtieron a Leonel en una víctima. Y él se hizo el pendejo. La oposición lo subestimó. Creyó que era un cadáver político maloliente, putrefacto. Y no era cierto. Las encuestas dicen que “no estaba muerto, que estaba de parranda” en labores “internacionalistas” posesionándose como “líder”.
Las encuestas lo mantienen alto, preocupantemente alto. ¡Y Danilo lo sabe! No será Quirino, ni Quirinito resucitado, que lo bajara de “su nube”. Habrá que buscar otra vaina.
Los ministros que Danilo ha lanzado al ruedo “para ver qué pasa”, no han dado “pie con bola” por más dinero que haya invertido. Juntos no creo que reúnan un cinco por ciento. (Dice Manuel Crespo, también aspirante a la nominación presidencial, que los renunciantes para hacer campaña están recibiendo respaldo económico de varias instituciones del Estado designadas al efecto, lo cual, si es cierto, es una inmoralidad)
La oposición política tiene que prepararse para enfrentar a cual quesea el candidato del PLD, pero yo, Juan T H, cree que Leonel Fernández ganará la convención abierta, pero perderá las elecciones. Su cola, y la de muchos de sus seguidores que ahora están en un “perfil bajo”, como Félix Bautista que no encuentran donde esconderlo, es más larga que la del Cometa Halley.
La candidatura de Leonel tendrá muchos frentes, muchos francotiradores, lo cual la hace muy vulnerable. ¿Qué puede ofrecerle al país un hombre que estuvo 12 años en la presidencia y no resolvió uno solo de los problemas del país a pesar de los inmensos recursos económicos que manejó; alguien acusado de haber encabezado el gobierno más corrupto y derrochador de los recursos públicos de toda la historia, donde el narcotráfico, el sicariato y la inseguridad ciudadana alcanzaron su clímax?
Digo que Leonel será el candidato. La pregunta del millón es: ¿Lo apoyará Danilo? ¿Pondrá los recursos del Estado a disposición de su candidatura o sencillamente se mantendrá alejado ejerciendo su papel de estadista garantizando el libre proceso y dejando que al “León se lo coma el Tigre” en las urnas?
Qué Leonel sea el candidato presidencial del PLD no está en dudas para mí. Me pregunto si podrá, en medio de tanta acusaciones y contraacusaciones, unir al partido. Me pregunto: ¿Será el Estado un factor determinante para que Leonel vuelva al poder, como lo fue para que Danilo le ganará a Hipólito? No lo sé, pero, “algo” me dice que no.
Lo que de verdad no sé, es la visión del PRM (Hipólito y Luis) sobre esta compleja situación. En sus manos está la posibilidad de retomar el poder. Me pregunto hasta dónde están preparados para ceder en sus legítimas aspiraciones, si fuera necesario, para pensar en el país. ¡El tiempo lo dirá!