Hoy prefiero hablar de las cosas más trascendentes vividas ayer…Los dos niños extasiados ante Duarte, en su parque de nocturnidad escabrosa…El galanteo amoroso de dos alegres mariposas en el parque Colón…Los dos ancianos recordando entre risas, en una banca del parque Independencia, sus heroicidades de los años sesenta …La inusitada frescura de la larga senda interior del Mirador del Sur…El diálogo cargado de risas de dos locos indigentes, dueños del parque Enriquillo…(En fin, ayer supe que la mejor manera de pasar un 27 de febrero es pasear por nuestros parques y olvidarse de esta patria secuestrada por sus peores farsantes).