NUEVA YORK.- La pared curva del primer nivel de la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, fue el escenario perfecto para la exhibición de la diseñadora de joyas artesanal Gisselle Mancebo, con el nombre “Cielo, tierra y mar, delirio caribeño”, bajo la curaduría de la experta en la materia de moda, Anny Abate.
La muestra se realizó en el marco del 175 aniversario de la Independencia Dominicana, con un enfoque internacional de un producto artesanal dominicano de alto nivel, destacándose la piedra nacional “larimar” que fue la gran protagonista de la noche en más de 30 piezas de joyería elaboradas a mano utilizando combinaciones con plata, ámbar, perlas y cuernos.
En el acto inaugural el Embajador Permanente de la República Dominicana ante la ONU, Frank Cortorreal, agradeció al cuerpo diplomático presente y destacó la laboriosidad de las artistas y diseñadoras dominicanas Giselle Mancebo, Gimarie Grullón, Gisela María Lozada y Anny Abate, quienes participaron en la muestra en diferentes roles.
Dijo que la exhibición “le muestra al mundo las piedras preciosas que hay en nuestro país, como el larimar y el ámbar en combinación con perlas y cuerno, elementos que adquieren otra dimensión y la categoría de obras de arte cuando pasan por la mano de Gisselle Mancebo”.
Mancebo agradeció al Embajador Cortorreal, así como a todo el personal diplomático de la Misión. Explicó que “en este proyecto nos abanderamos de cuatro palabras: favorecer, estimular, mejorar y fomentar para construir la zapata que le da vida a un Delirio Caribeño plasmando de manera artística un manejo correcto de nuestros recursos en procura del desarrollo de las comunidades”.
La curadora y diseñadora Anny Abate demuestra una vez más su capacidad de llevar un producto a su máximo potencial, ubicando cada pieza en su justo lugar para destacar con esplendor el trabajo de Gisselle Mancebo.
“Partiendo del entorno que nos rodea como isla que somos y en una constante búsqueda de expresión caribeña, Gisselle suma no sólo los materiales, sino que agrega ritmo cual tambor en manos de un percusionista, guiándonos a una explosión de sensaciones rítmicas acopladas por la sensibilidad en el manejo del color, combinando las texturas a manera de lluvia y torrenciales de piedras trayendo a nuestras memorias el movimiento de las aguas de nuestros ríos y afluentes, y de esta manera dar paso a un equilibrio consecuente de las posiciones que presenta cada pieza”, expresó Anny Abate.
La muestra permaneció expuesta durante cinco días y recibió la visita de los diplomáticos y miembros de las delegaciones que tienen representación en la ONU.