Nueva Zelandia está conmocionada al conocer de la masacre en dos mezquitas, donde pistoleros atacaron a numerosas personas que oraban. Los reportes procedentes de esa nación indican que al menos 49 personas han fallecido.
El reporte señala que la gran mayoría de las víctimas, 41 personas, fueron asesinadas en la mezquita de Deans Avenue. La la policía informó que un hombre ya fue acusado formalmente de asesinato por los ataques.
Las autoridades han informado que de tres personas relacionadas con el ataque, una de ellas es de Australia. Una cuarta persona en custodia no está siendo considerada como peligrosa. Ninguno de los sospechosos detenidos estaba en ninguna lista de vigilancia activa, dijo. La investigación continúa abierta.
Prensa Latina en su informe del hecho señala que además de las 49 muertos, 48 personas resultaron heridas, citando declaraciones del comisario de policía del país, Mike Bush.
En una rueda de prensa, Bush aseguró que tres individuos son sospechosos de haber participado en la masacre a balazos contra los templos religiosos.
La policía arrestó a uno de los presuntos atacantes, un hombre de 28 años identificado como Brenton Tarrant, quien fue acusado de asesinato y será llevado ante un juez del Tribunal de Distrito de Christchurch el sábado por la mañana, agregó Bush.
Según precisó la gendarmería en su cuenta de Twitter, varios hombres armados abrieron fuego en las mezquitas de Al Noor y Linwood, a unos 6,5 kilómetros la una de la otra, mientras cientos de personas asistían al rezo del viernes.
Las autoridades neozelandesas estiman que la mayoría de las víctimas mortales sean emigrantes y refugiados.
De las más de 40 personas con heridas de bala, 20 víctimas se encuentran en estado crítico, agregó la policía.
Los ataques fueron transmitidos en directo a través de las redes sociales por el presunto autor de la masacre.
Más temprano, la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, calificó el hecho como 'un ataque terrorista bien planeado'.
En una comparecencia transmitida en directo desde la capital, Ardern dijo que este era uno de los días más sombríos del país y criticó la violencia extrema.
La primera ministra ordenó elevar la alerta en el país a su máximo nivel y reforzaron las medidas de seguridad nacional.
Varios gobiernos y figuras políticas han condenado el doble atentado contra las mezquitas y extendieron sus condolencias a las familias de las víctimas.