“…Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan… Me prosterno ante ellas…Las amo, las adbiero, las persigo, las muerdo, las derrito… Amo tanto las palabras…”, Pablo Neruda.
La mejor alternativa audiovisual para una persona es la que transmite paz y tranquilidad, de ninguna manera, aquella que altera las neuronas y sacude los nervios.
Y los medios de comunicación no deben ser orientados a violentar a la ciudadanía, ni a auspiciar odio, intriga y divisiones.
Por eso, disfruto escuchar la programación de Raíces Radio 102.9 FM, una emisora que tranquiliza el alma de sus oyentes.
En contraste con la vocinglería casi generalizada que diariamente la población es obligada a consumir a través del dial.
Me pregunto: ¿Es que no hay otra opción musical en el país que no sea escuchar reggaetón?
Hace tiempo que en República Dominicana debió de asumirse con seriedad y responsabilidad los contenidos difundidos en la radio y televisión.
Tenemos años consumiendo basura a través de la radio y la televisión, y parecería que se trata de una estrategia para distraer a la ciudadanía.
Peor aún, se siguen premiando los anti valores que promueven el consumo de drogas entre la juventud, como penosamente ocurrió en los recientes Premios Soberanos.
Descomposición Social
Cada cierto tiempo se levantan algunas voces que claman para que la decencia retorne a los contenidos discográficos puestos en escenas.
El nivel de descomposición social prevaleciente en la República Dominicana sigue creciendo, a tal punto que parecería que lo impropio, es una norma habitual en el seno de la sociedad y que estamos condenados a padecerla.
Estimulamos y premiamos los mensajes destructivos con una formidable estructura defensora conformada y operando desde los propios medios de comunicación, particularmente la radio y televisión.
Por eso, ya ni sorprende que hasta las propias autoridades tengan prácticamente que “suplicarles” a los actores principales de la descomposición verbal a que por favor, mejoren los contenidos de sus nauseabundas “letras” que tanto daño ocasionan en el cerebro de nuestros pequeños.
Es inconcebible que en este siglo 21 los medios de comunicación de masas del país estén siendo cuestionados por promover basura, ruidos perturbadores a la psiquis humana y violadores a las más elementales reglas de la convivencia.
Al revés, las cosas positivas pocas veces son reseñadas como por ejemplo, las hermosas letras de los nuevos merengues que interpreta y produce el joven artista dominicano Manny Cruz.
“Sabes Enamorarme”, merengue con letras de calidad y una temática bien concebida y ritmo muy bailable así como el video que lo refuerza siguen acaparando la atención entre los seguidores de la música de buen nivel. Por ejemplo, en YouTube ya tiene más de dos millones de reproducciones evidenciando que sí la gente gusta de temas musicales sin doble sentido.
Calidad Musical
“Bailando Contigo”, otra valiosa entrega de este joven artista que de seguir esa hermosa trayectoria puede significar el rescate y salvamiento de la buena calidad del merengue.
Manny Cruz ha tenido un impresionante debut como “Cantante Solista del Año” categoría donde ganó gracias a la pegada de sus temas “Sobrenatural” y “Dime Pa’ Que”, canciones que han logrado una importante conexión con el público juvenil dominicano.
Gabriel, otro digno representante de la nueva generación de merengueros viene haciendo aportes significativos a la calidad musical y a la higienización de las letras en sus canciones que ha grabado.
¿Por qué no ocurre lo mismo con los representantes del denominado movimiento urbano en el país?
En el Congreso Nacional debería legislarse para obligar a los propietarios de emisoras radiales y televisivas a imponer controles en los contenidos de sus programaciones. Aunque existen disposiciones legales que penalizan el maltrato y el daño a la reputación de la persona, es obvio que hay que revisar esos mecanismos legales con carácter de urgencia.
Gran parte de la violencia que registra la sociedad dominicana actualmente tiene que ver con los insultos constantes en que incurren algunos “comunicadores” a través de los medios de comunicación.
Si eliminamos esas porquerías a través de la música podríamos ver reducido significativamente los preocupantes asesinatos de mujeres en el país. La violencia de género como también los atropellos verbales hay que terminarlos por la salud y convivencia colectiva. ¡Ya basta!
Articulo de Manuel Díaz Aponte
Miércoles, 3 de abril del 2019