Dos temas me inducen a solidarizarme respecto a las preocupaciones de las autoridades nacionales: el primero, la pérdida de insensibilidad en la gente en los momentos de desgracias de los demás y, segundo, las muertes a causa de los accidentes cardiovasculares y cerebrales, es decir, los terribles ACV.
La gerencia del Hospital Docente Universito Dr. Darío Contreras desarrolla una campaña bajo el lema “No me grabes, ayúdame”, dirigida a erradicar la modalidad de algunos ciudadanos de grabar a las personas que se ven atrapadas en situaciones difíciles o involucradas en accidentes de tránsito.
La preocupación es válida porque se ha convertido en una maldita cultura morbosa sacar provecho de esas desgracias, no solo grabando mientras las personas ameritan auxilios, sino que también son despojadas de sus pertenencias. Los ejemplos sobran.
El objetivo de la campaña es concientizar a la población sobre la importancia de socorrer a los ciudadanos en situaciones de emergencia y no publicar sucesos a través de redes sociales.
La idea se empieza dramatizando un accidente de tránsito y muestra cómo las personas en vez de socorrer a la herida, prefieren grabarla y tomar fotos.
Hay que apoyar esa iniciativa. Los medios de comunicación impresos, digitales, radio, televisión y redes sociales deben respaldarla pasando spot permanentes hasta que el mensaje se impregne en la mente de los ciudadanos.
Es un asunto de vida o muerte. No podemos caer tan bajos, demostrando tanta insensibilidad, cuando está en riesgo la vida de una persona.
De igual manera, me solidarizo con la campaña de prevención promovida por la Fundación Dominicana de Accidente Cerebral (Fundace) y el Club ACV, que preside el periodista Féliz Vinicio Lora, respecto a los accidentes cerebrovasculares y de tránsito que desarrolla con motivo de la Semana Santa.
Un accidente cerebro vascular (un derrame) es un choque aparatoso de salud en el que puedes morir o quedarte discapacitado para siempre. Se produce cuando se corta el suministro de sangre a una parte del cuerpo.
Con esas explicaciones inicia uno de los volantes que distribuye la entidad. “No te pases en Rojo” y ¡Bájale la velocidad al volante del estrés o pon un Pare!, son parte de los mensajes que difunde.
Recuerda que los ACV afectan a 19,000 dominicanos al año y es la segunda causa de muerte y la primera en discapacidad.
Para prevenirlos (esto es importante), aconseja comer saludable, aumentando el consumo de frutas y vegetales; hacer ejercicios; controlar la presión arterial alta, el colesterol y los triglicéridos; no consumir drogas, bebidas y pastillas estimulantes; reducir el azúcar, la sal, grasas saturadas y ponerle un alto al consumo de alcohol.
Entre las señales de alertas para identificar a tiempo el ACV, la entidad destaca las siguientes: sentirse la lengua estropajosa y dificultad para hablar, dolor de cabeza intenso, mareo, vómito, falta de equilibrio, dificultad para caminar, debilidad o parálisis de la cara, el brazo o la pierna, confusión y pérdida momentánea de la visión. Ante esos síntomas, sugiere llamar al 911 o acudir a un centro de salud.
Féliz Vinicio Lora, que sufrió un derrame, recuerda que tanto el accidente cerebrovascular como el de tránsito se pueden prevenir llevando educación y conciencia a la población.
De acuerdo estoy con esa campaña, la cual considero debe ser permanente, no solo exclusiva durante la Semana Santa.
En el 2014 fui impactado por un derrame cerebral isquémico que me afectó el habla, me torció los labios, me inutilizó una pierna y un brazo. Cinco años y cuatro meses después de ese accidente, todavía tengo dificultad para caminar normalmente y mi mano izquierda no recupera la fuerza ni el agarre habitual.
O sea, tengo discapacidad físico-motora que me impide incorporarme al mercado laboral y, por ende, me afecta en lo económico. Es solo un ejemplo, eviten verse en ese espejo.