El ex presidente Alan García prefirió morir ante que ser arrestado y conducido a la cárcel, un acto que para un líder de su estatura hubiese constituido una humillación.
Que fuera recordado en la historia con la imegen de un reo, esposado y disminuido fue lo que habría evitado Alan García cuando intentó suicidarse en momento en que iba a ser apresado por un fiscal en su residencia este miércoles en la mañana.
Varias veces presidente de Perú, situado como uno de los líderes más prominentes de América Latina, es probable que en su visión no estuviera un destino tan inmediato y fatal como la cárcel, y habría preferido la tumba.
Se disparó para morir en el acto, pero no ocurrió así. Fue trasladado a un hospital, donde médicos intentaron salvarle la vida en la sala de operaciones del hospital Casimiro Ulloa, sin embargo, el exmandatario no resistió, reseña el diario Correo de Lima.
El relato de los hechos indica que cuando personal de la Policía y del Ministerio Público llegó hasta el domicilio de Alan García, le dijeron que era para un allanamiento, sin embargo, fue para cumplir la orden de detención preliminar, autorizada por el Poder Judicial.
El expresidente, al ver que iba a ser detenido, se dirigió al segundo piso, a su habitación, y escucharon un disparo que alertó a los presentes.
García fue trasladado de emergencia al hospital Casimiro Ulloa para ser operado de emergencia porque se disparó en la cabeza. Lamentablemente, no resistió y su corazón dejó de latir.
Antes de emitirse la orden de detención, Alan García había declarado el martes que no se asilaría ni escondería, en tácita alusión al frustrado asilo que pidió a Uruguay en noviembre. La justicia dictó en ese mes 18 meses de impedimento de salida del país.
La detención ordenada a Alan García el jueves era por 10 días y buscaba, según la fiscalía, recoger nuevos elementos en la investigación ante un eventual riesgo de fuga.
El ex mandatario permaneció durante 16 días en la embajada uruguaya, donde solicitó asilo "ante la inminencia de una orden de detención". El pedido fue rechazado por el gobierno de Uruguay tras revisar la documentación entregada por Lima y por el solicitante.
En las últimas semanas García había reiterado que "no existe ninguna delación, prueba o depósito que me vincule a ningún hecho delictivo y mucho menos con la empresa Odebrecht o la realización de alguna de sus obras".
Alan García estaba bajo la lupa, además, por supuestos sobornos pagados por la empresa brasileña Odebrecht para obtener un contrato de construcción para la línea 1 del metro de Lima durante su segundo mandato.
El año pasado alegó ser "perseguido político", pero su versión fue desmentida por la justicia y el gobierno peruano.
Por el escándalo de Odebrecht en el Perú también están investigados los ex mandatarios Alejandro Toledo (2001-2006), Ollanta Humala (2011-2016) y Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018), este último bajo detención preliminar hasta el 20 de abril, así como la opositora Keiko Fujimori (Fuerza Popular), quien está en prisión preventiva.
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