Si lo pretendido es que nuestras compañías cobren un papel más importante en el mundo de los negocios y no solo a efectos económicos, indefectiblemente y en paralelo deberá suceder lo mismo con la comunicación empresarial (interna y externa) más allá de la obligada presencia en las redes sociales y campañas publicitarias. Paulatinamente, la figura del CEO digital, gozará de una consideración especial, responsabilizándose del binomio marca-negocio como principio indispensable.
Actualmente se estima que cada empresa, acorde con su volumen, precisará disponer de un “kit básico” con capacidad para crear email -marketing, programa de publicaciones y monitorización de redes sociales, etc. Incrementándose todo ello en paralelo con el crecimiento de la compañía y cuidando el retorno de cada euro invertido…
Inicialmente, la intención versará sobre la fidelización del talento dentro de la empresa, proyectando dicha imagen sobre sus empleados. No existe mejor embajador que los propios trabajadores para defender el prestigio la de la firma. Una cultura de empresa adecuada debe mentalizar a sus empleados para que se conviertan en los primeros valedores de la organización mostrando su orgullo de pertenencia.
El empeño para el 2019 debe pasar por promover un mejor aprovechamiento de las redes sociales. Ya no se trata solamente de vender a través de tal instrumento, sino de buscar nuevas sistemas, más información a potenciales clientes y reforzando las relaciones con los antiguos. En definitiva especial atención relacionada con todo aquello que pueda representar nuevas oportunidades de negocio y manteniéndose siempre a la vanguardia en tema comunicación.
Hoy día se requieren datos más específicos de los clientes, incidir sobre sus necesidades y preferencias, información mas personalizada, aficiones que le proporcionen mayor felicidad y, tras esa importante segmentación del presunto comprador, desarrollar una estrategia de aproximación lo más eficaz posible, seduciendo al comprador ideal cada vez más selectivo.
Reconociendo la necesidad de seguir reforzando las áreas de comunicación clásicas y superada la crisis, algo que en nuestro caso no está tan claro como se pretende, será problemático incrementar el gasto, lo que nos obligará a promover un plan de ajuste interno vinculado a seguir utilizando instrumentos clásicos, tratando de lograr la mayor eficacia y coordinación en la empresa, factores directamente relacionados con la productividad y rentabilidad.
En otro orden de cosas cabria comentar que para ninguna empresa o grupo constituye una novedad la utilización del Afterwork como instrumento de comunicación dirigido a directivos, ejecutivos y profesionales de todo tipo como herramienta para intercambiar ideas mediante palabras, proyectos, imágenes, gráficos, etc. tendentes a la resolución de problemas y a la postre obtener mejores resultados. Lo suyo consiste en recibir mayor formación e innovación con posterior aplicación práctica en sus respectivas compañías. .
La comunicación corporativa ha cambiado, ya no se basa en la mera información sino en la conversación e intercambio de papeles emisor-receptor tendente a incentivar y trabajar más y mejor y de paso convertirnos en mejores comunicadores. Se impone el que día a día, el contacto entre compañeros y superiores jerárquicos, imperando como norma de conducta el binomio asertividad-empatía.
Apelando al citado Aafterwork y a modo de ejemplo, cabria citar el recientemente celebrado en el hotel Puente Romano de Marbella (Málaga) “II Afterwork de APD en Málaga”, organizado por APD (Asociación para el Progreso de la Dirección). Dicho acto concitó una asistencia superior a las 400 personas, corriendo a cargo del Equipo-SUR de APD y recayendo su coordinación en la responsable de Andalucía-Oriental. Acertando evento muy difundido y aparecido en diversos diarios digitales.