No somos, ni nunca lo hemos sido, ni candidato a puestos electorales ni funcionario del gobierno. Esto nos da la libertad y la flexibilidad de decir cosas que no son políticamente correctas.
Podemos expresar nuestras reflexiones sin el temor a que no voten por nosotros o a que nos boten del trabajo.
Así que, ¡Al grano!
Últimamente se ha estado hablando de que la República Dominicana se dirige hacia una dictadura.
Aunque no nos dicen que clase de dictadura, nosotros vamos a acudir al diccionario de la Real Academia de la Lengua para definir el término.
“Régimen político que, por la fuerza o violencia, concentra todo el poder en una persona o en un grupo u organización y reprime los derechos humanos y las libertades individuales”.
Vamos a comenzar por el principio.
¿Qué persona, grupo u organización concentra, por la fuerza, todo el poder en nuestra nación?
El Tribunal Superior Electoral nos acaba de dar la mejor muestra de la independencia como se manejan las entidades en nuestro país.
Emitió una sentencia en contra del principal partido político aliado del gobierno.
¿Cuál fue la reacción de las autoridades gubernamentales? Acudir a lo que la ley le permite que, entre otras alternativas, le da el poder al presidente de la Cámara de Diputados a someter una interpelación a cualquier juez y si hay elementos suficientes, hacerle un juicio político que podría llegar incluso hasta su destitución. Pues nadie está por encima de la ley. Ni siquiera el presidente de la república.
Solo hay que recordar el discurso del presidente Danilo Medina en la reunión del CELAC en la Habana, Cuba, del cual vamos a extraer este segmento:
“Nosotros vivimos en un régimen de derecho. Si el presidente de la República no aplica la sentencia del Tribunal Constitucional se expone, incluso, a un juicio político en el Congreso de la República por violación a la Constitución de la República”.
En cuanto a reprimir los derechos humanos y las libertades individuales, todo lo contrario, el libertinaje y la irresponsabilidad cómo se comportan muchos ciudadanos, ha llegado al colmo de que sea la misma ciudadanía la que esté pidiendo a gritos ¡Mano dura!
Los pueblos le temen mucho más al desorden, al caos, que a los regímenes de fuerza.
De ahí que hasta un descendiente directo del tirano más carnicero y criminal que haya conocido nuestra nación, sea ponderado, por algunos desmemoriados o incautos, como candidato a la presidencia de la República.
¿Vamos camino a una dictadura? ¡Ojalá!, pero no lo creemos.
Hemos repetido y lo seguiremos haciendo, que en los pueblos que no tienen educación la democracia no funciona y esta es una nación donde todavía tenemos innumerables analfabetos funcionales, por lo que se hace necesario apretar un poco, como lo hicieron otros países, para poder desarrollarnos.
Pero ¿Qué tipo de dictadura nosotros queremos?
Una dictadura de la educación, como es la tanda extendida, donde el estado les garantice a todos sus ciudadanos una educación gratis y de calidad, desde las Estancias Infantiles hasta un post grado universitario.
Que se establezca las bajas estudiantiles, para evitar que indeseables parásitos merodeen por años en la UASD obstaculizándolo todo.
Que los colegios y universidades privadas sean una opción de ricos.
¿Qué tipo de dictadura nosotros queremos? Una dictadura de la salud, donde todos los ciudadanos dominicanos tengan acceso a servicios de salud de superior calidad a través de SENASA. Que las clínicas privadas sean un lujo de millonarios.
¿Qué tipo de dictadura nosotros queremos? Una dictadura que les garantice a la población un trabajo, con un sueldo mínimo que le permita vivir con dignidad y decoro. Sin dádivas gubernamentales y que les provea los medios para el auto desarrollo, como son las visitas sorpresas y banca solidaria.
¿Es a una dictadura así a las que se refieren algunos políticos y sacerdotes? Entonces, definitivamente sí. Necesitamos una dictadura.
¡Urgentemente!
Carlos McCoy
Abril 2019