¿Qué posibilidades tiene el Partido Revolucionario Moderno de ganar las elecciones el año próximo? Solo: ¡Ninguna! Unido a otras fuerzas políticas y sociales: ¡Todas! Pero requiere de una voluntad y un desprendimiento que no veo de momento. Tal vez más adelante el curso de los acontecimientos obligue a su liderazgo a propiciar un poderoso “frente antipeledeísta” que lo coloque a las puertas del Palacio Nacional.
¿Qué posibilidad tiene lo que aún queda del Partido Reformista Social Cristiano de aumentar su cuota de poder congresual y municipal? Solo: ¡Ninguna! Al contrario, puede perder lo que tiene. Por lo tanto está obligado a pactar con el PRM, no con el PLD o los grupos oficialistas que terminarían aniquilando.
¿El Partido Revolucionario Dominicano puede ganar? ¡Absolutamente no! El PRD seguirá siendo un partido bisagra con una clara tendencia a desaparecer después de las elecciones. En manos de Miguel Vargas seguirá pegado al PLD como una garrapata obteniendo los beneficios económicos que todos conocemos. En manos del grupo que lo adversa, puede salir del hoyo si procura, como ha dicho Guido Gómez Mazara, “reunificar a la familia perredeísta”, lo cual no implica que Hipólito Mejía, Luís Abineder y los demás abandonen al PRM, que ya es la primera fuerza opositora, para irse al PRD.
Si el PRD logra zafarse de Miguel Vargas y el minúsculo grupo que lo acompaña, tiene un futuro promisorio más allá de las elecciones del 2020. Incluso en los próximos comisiones puede alcanzar entre un diez y un quince por ciento, ya que recuperaría parte del prestigio de años anteriores, pero con las actuales autoridades no llegará a un cinco; tal vez un dos o tres por ciento. En el PRD Vargas Maldonado no forma parte de la solución de los problemas, por el contrario, él, apoyado por el PLD, es el problema.
El gobierno ha hecho hasta lo imposible para mantener el PRD secuestrado, empequeñecido, sin democracia interna. Alrededor de 40 sentencias y resoluciones del Tribunal Superior Electoral anterior para dividir al PRD y convertirlo en lo que es hoy, una entelequia política, dejando de ser “el partido del pueblo y de la libertad”.
Sería altamente beneficioso para el triunfo de la oposición en las próximas elecciones el rescate del PRD, que sin duda formaría parte de los que desean sacar al PLD del poder, por considerarlo un acto patriótico.
Los partidos minoritarios o emergentes. ¿Qué posibilidades tienen en este proceso electoral? Desde mi punto de vista: ¡Ninguna! De continuar aislados, atomizados y desfasados, seguirán ladrándole al silencio. Esos partidos o movimientos tienen que obedecer, más que a sus sentimientos y deseos, al sentido práctico, sin abandonar sus ideales. Este no es su momento. No constituyen una fuerza considerable. Ni siquiera marcan en las encuestas. Tienen que cambiar o seguirán en el “frio y lejano sótano” como dicen los fanáticos del béisbol. Tienen que pactar con “la derecha” y grupos “tradicionales” que forman parte del “modelo corrupto” y “criminal”, como les llaman despectivamente. No es cuestión de que si un partido o un líder me gusta o no, es cuestión de realidad. Asa es la política.
Los que están hasta la coronilla del PLD y su hegemonía, los que no quieren dictadura aun sea constitucionalizada están obligados a pactar. No hay excusa válida. Unidad primero, diferencia ideológica o sistémica después. Nada es más importante hoy que sacar al PLD del poder. El que no contribuye, el que no quiere alianza con los “demás” porque son de otra corriente o pensamiento, le hacen un flaco servicio al pueblo; están contribuyendo a que el PLD, con Danilo, Leonel o cualquier otro –da igual- se mantenga indefinidamente en el Palacio Nacional.