Este domingo, se sumaron a la oferta cultural de la Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2019, los Talleres Literarios, el Consejo Nacional de Competitividad, la Embajada de Francia, la Sala República Digital y Tribuna Libre.
La Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2019 (FILSD 2019), concluyó éste domingo luego de nueve días de intensas actividades, con la realización de 1400 eventos, unos155 diarios. Un concierto del Grupo Bonyé puso a bailar y a disfrutar a cientos de personas congregadas en Plaza España de la Ciudad Colonial.
A la presentación artística acudieron coordinadores de distintos espacios y pabellones, personal del Ministerio de Cultura y delegaciones extranjeras quienes disfrutaron del ritmo más contagioso de los dominicanos.
Bajo la dirección del Félix Báez, los integrantes de la banda musical compuesta por Franklin Soto, Néstor Sánchez, Roberto Bobadilla y Francisco Méndez interactuaron con el público. Bonyé es conocida por haber hecho una tradición los exitosos conciertos ofrecidos en los últimos años en Las Ruinas de San Francisco de la ciudad más antigua del nuevo mundo.
El último día de la FILSD 2019 fue prolífero en actividades literarias y artísticas; además de una atractiva oferta de libros, se ofreció un variado programa de foros, charlas, conciertos y exposiciones que terminó con el concierto de Bonyé, cuya música el público aplaudió y bailó.
Cuando sonó el merengue Por ahí María se va, que siguió con “Compadre Pedro Juan”, una pieza de Luis Alberti, con elementos musicales de Puerto Rico, fusionado con el paseo y el jaleo.
Gente de todas las edades, entre ellos muchos turistas congregados en Plaza España bailaron otros clásicos musicales como Ella, La zona merece un son, de Ivón Gómez; El Desguañangue, del maestro Luis Alberti e Idilio, y Baja y Tapa la Hoya, entre otros.
Lejos de parecer que terminaba, este domingo la Feria Internacional del Libro irradiaba energía. Es que, con un programa de más de 90 actividades, el reto para los miles y miles que asistieron era poder aprovechar una que otra, trasladándose a los stands, edificios y monumentos; y, además, tener tiempo de “manosear” y poderse llevar uno o varios libros.
La FILSD 2019, más bien, parecería que empezaba. La algarabía de los asistentes así lo dejaba entrever. La mañana y la tarde tan solo fue la antesala de un final con música y alegría, a ritmo de merengue, bachata y son; y la “fiebre” de cultura que contagió a muchos a partir del 26 de abril.
Desde temprano, incluso, antes de que dieran las 9:00 de la mañana, hora de apertura de la Feria, ya había algunos visitantes merodeando. Lo que siguió, fue una recepción masiva, que se repitió por doquier.
Es que, a la Feria que, por primera vez, y por nueve días se “adueña” de la Ciudad Colonial, no faltó nadie. Intelectuales, estudiantes de todos los niveles, familias completas y profesionales de diferentes áreas tenían una oferta muy atractiva en el programa.
Los stands de las librerías lucían abarrotados; los especiales lograron atraer a muchos, como Juan Rodríguez, que se llevó cinco libros, por menos de RD$1,200.00 en la librería Mateca.
Entre literatura, presentaciones de libros, teatro, cine, conferencias, paneles, conversatorios, homenajes, “selfies”, globos multicolores, fiesta y bailes, se desarrolló la Feria en su último día.
Los monumentos y edificios emblemáticos de la Ciudad Colonial, que cambiaron sus nombres, pero no su esencia, para albergar los espacios de la FILSD 2019, lucían repletos. Había asiduos visitantes, y otros, que por sus caras de asombro dejaban entrever que era su primera visita, como Raquel Soto, que andaba con su hija Gabriela, de 12 años; y su vecina María. Ninguna conocía esta parte de la Ciudad Colonial, solo el Conde Peatonal. Se tomaron fotos frente al Panteón Nacional.
La Capilla de los Remedios, en la calle Las Damas, que ahora también se llamaba la Sala de Puerto Rico, el Invitado de Honor de la Feria, acogió en la mañana la conferencia “Literatura puertorriqueña queer”, y el poemario Cuando era niño hablaba como niño.
En la misma emblemática calle Las Damas, la Fortaleza de Santo Domingo, otrora fuerte para proteger la ciudad de invasiones, ofrecía una multiplicidad de opciones. Una vista panorámica desde su entrada permitía ver eso. Era difícil caminar y trasladarse con normalidad.
Fue el territorio donde se asentaron los pabellones de Educación y el Tribunal Constitucional. Resaltaba por su estructura, y su buena ubicación al frente: la Editora Nacional, que además de ofertar libros a precios tan asequibles como a RD$100 y RD$200, regalaba la Constitución de la República.
Solo el Ministerio de Educación realizó más de 207 actividades, que incluyeron conferencias, talleres, charlas y presentaciones de proyectos e inventos de estudiantes de diferentes modalidades y escuelas del país. Además, los docentes recibieron materiales didácticos conforme a sus áreas.
Los stands de la Biblioteca Pedro Henríquez Ureña, del Ministerio de Deportes, la Oficina de Propiedad Industrial, el Archivo General de la Nacional, Fundación Carlos Slim; y también del Banco Central de la República Dominicana y de los ministerios de Administración Pública; y de Economía, Planificación y Desarrollo, entre otros.
A diferentes horas, y para el agrado de los adultos y la alegría y sorpresa para niños y adolescentes, el Ministerio de Defensa hacía desfiles y pases de armas, a cargo de oficiales de la Armada, y la Fuerza Aérea.
Igualmente, el Servicio Nacional de Atención a Emergencias y Seguridad 9-1-1 estaba presente, pero no atendió casos de salud, sino de “curiosidad” de los niños, a quienes les permitían tocar los equipos y el carro de ambulancia y hasta tomarse fotos con el casco.
Aquí estaba la Tarima de Espectáculos Borinquen, el escenario donde actuaron cada noche diversos grupos culturales, como el Ballet Folclórico Nacional, Yomaira de León y su orquesta; el Grupo Maniel, la orquesta de merengue Grupo Suarez; un concierto de Retro Jazz. De la Universidad Autónoma de Santo Domingo: La Rondalla Universitaria, el Grupo Caribe Danza, y el Coro. De Puerto Rico: Tuna, Grupo de Plena.
No es casual que la calle Las Damas fuera una de las más transitadas. Aquí también, y para los más pequeños, el Museo Trampolín y la tarima de la Plaza María de Toledo, se “vistieron” de un “ejército” de niños y adolescentes, que disfrutaron de exhibiciones de películas, y presentaciones de payasos, coros infantiles y otros atractivos. Lo propio pasaba en otro lugar un poco distante: el Colegio Dominicano de Ingenieros y Arquitectos, donde estaba el Pabellón Infantil.
En la misma ruta, el Salón de la Academia de Ciencias, sitio que alojó a más de 12 instituciones e Institutos de Educación Superior, con un programa que incluyó más de 35 actividades relacionadas con temas sobre medioambiente, salud, tecnología y, por supuesto: educación y cultura en sus diferentes manifestaciones; el ambiente era otro. Fuera de la algarabía, se “respiraba” sobriedad.
Este domingo, participó la Universidad APEC, con el panel “El léxico en el contexto de la labor docente”, contó con la asistencia de profesores y estudiantes.
Igualmente, el solemne Panteón de la Patria les abrió sus puertas a los numerosos y heterogéneos visitantes. Eran tantos que querían entrar, que fue necesario hacer una fila. Fueron muchos los que no podían evitar tomarse “selfies” para dejar evidencia de su paso por el importante lugar.
También, lejos del bullicio de la calle Las Damas, justo en la esquina con la calle Las Mercedes, el Pabellón de Autores Dominicanos, alojado en la Casa de los Jesuitas, lucía lleno de un público acorde a su oferta. Los visitantes, muchos de ellos intelectuales conocidos y profesores, se tomaban su tiempo para ver los títulos y las sinopsis. Aquí, este domingo, también se realizó un conversatorio sobre estrategias básicas para publicar un libro, y se presentó el libro Capricho de un fantasma.
Muy cerca, en el Museo de las Casas Reales, que cambió su nombre a Sala de Conferencias y Coloquios Café Bohemio, se habló de métrica y poesía; el recital Voces del sur, y la charla “Los saberes de fémina: 10 palabras del feminismo de la cuarta ola”.
Los que buscaban acercarse más al legado de don Virgilio Díaz Grullón, a quien se le dedicó la Feria, este domingo la oferta era variada para ellos.
En la Sala Virgilio Díaz Grullón, en el Centro Cultural Banreservas, se realizó la charla “Conociendo a Virgilio Díaz Grullón”; y el maratón de lectura “Virgilio Díaz Grullón por siempre”.
La oferta de Puerto Rico, el Invitado de Honor, fue igual de atractiva. En la capilla Nuestra Señora de los Remedios se presentó el grupo Piquete, que interpretó música tradicional de bomba y plena.
Entre tantas actividades, también sobresalió, en Espacio Joven, que estaba en el local del Colegio Dominicano de Artistas Plásticos, la actividad “Llegan lo monstro, men”. Consistía en lo siguiente: con el tema del artista Mozart la Para, junto a Shelo Shaq, el público tenía que sustituir las letras sin alterar el significado. Aquí, la diversión y la creatividad no faltaron.
Mientras que, en la Plaza España, las ofertas para los visitantes las ofrecían librerías, y editoras, el Tribunal Constitucional, la Fundación Global Democracia y Desarrollo, los pabellones Juan Bosch y la Fundación Joaquín Balaguer.