Bogotá D.C, mayo de 2019. Uno de los problemas más graves que puede tener cuidando a su mascota se da cuando se quiere saber si esta se encuentra sintiendo dolor, lo anterior se da por las claras limitaciones de comunicación y el hecho de que lo pueden ocultar debido a su umbral.
Por lo tanto, varias mascotas tienen dolor crónico y no lo se puede identificar y cuando el cuidador finalmente se da cuenta, la enfermedad puede estar bastante avanzada, complicando mucho más la recuperación del animal.
Para actuar de forma preventiva y velar por el cuidado de las mascotas, el Dr. Carlos Cifuentes veterinario de Pet Food Institute presenta algunos tips para reconocer el dolor en nuestra perros y gatos:
Dejan de comer: van perdiendo el apetito durante varias horas o días. Algunas veces dejan de tomar agua.
Se aíslan: Buscan un sitio de la casa en donde normalmente no están, algunas veces lugares menos concurridos y oscuros como bajo de la cama, también duermen en lugares apartados.
Temblores: Tiemblan de vez en cuando, inician una serie de movimientos de piel y musculares en zonas localizadas del y algunas veces se observan en todo el organismo. En ocasiones se incrementan estos temblores en la noche.
Disminuyen actividad física: No quieren salir a dar un paseo, caminan con dificultad, no saltan, dejan de subirse a la cama o a muebles y muchas veces tienen incapacidad para subir y bajar escaleras.
Cambio de carácter: Algunas mascotas que tienen un dolor crónico o agudo tienden a cambiar de comportamiento, se tornan más irritables, agresivas sin causa aparente o simplemente no se dejan acariciar.
Cambia la expresión: Cuando los dolores son crónicos o muy agudos la expresión de la cara cambia, los ojos se cierran un poco, algunas veces presentan “ojeras” y se ven más tristes.
Jadeo y taquicardia: La respiración algunas veces se torna más rápida, jadean constantemente, y el ritmo cardíaco está más acelerado de lo normal, en ocasiones lo alcanzamos a percibir tocando su pecho.
Insomnio: Si el dolor es persistente las mascotas dejan de dormir, no pueden conciliar el sueño y algunas veces si se pueden mover deambulan toda la noche por la casa, rasguñan puertas, cobijas y no se pueden acomodar.
Gemidos o chillidos: Cuando se intentan levantar o al alzarlos gritan o chillan, a veces intentan morder por la sensación dolorosa tan fuerte.
Rascado o lamido: Se lamen, muerden o rascan incontrolablemente la parte del cuerpo que más les duele, muchas veces se puede confundir con alteraciones en la piel o con picadura de pulga.
Si su mascota presenta alguno de estos signos o su comportamiento no es el mismo, Pet Food Institute le recomienda comunicarse de inmediato con el médico veterinario ya que puede estar sufriendo alguna enfermedad grave. Recuerde que no es conveniente auto medicarla ya que puede poner en riesgo la vida de su mascota.