Misiles norcoreanos siguen cayendo al Mar
Las superpotencias viven 24/7 espiándose mutuamente sin descanso, y construyendo cada día los más sofisticados instrumentos de vigilancia. Es el precio de ser superpotencia.
Todas tienen tecnología de ultra generación con las cuales captan a través de radares y orbitas satelitales esparcidas por todos los rincones del planeta y más allá.
Millares de dólares son gastados anualmente en plataformas de seguridad y en la adquisición de las armas más moderna del mercado.
Un avión militar estadounidense interceptó recientemente a cuatro bombarderos y cazas rusos sobrevolando frente a las costas de Alaska.
No es la primera ni será la última vez que ello ocurra y lo mismo ha hecho con anterioridad Estados Unidos sobre áreas controladas por Rusia.
El espionaje y contra espionaje de las principales potencias económicas, políticas y militares del mundo perdurará por siempre. Cuestión de defensas de intereses geopolíticos y de estrategia militar para seguir siendo los más poderosos de este mundo terrenal.
Ahora se agregan los ataques del Ciberespacio, de los sistemas financieros y de las estructuras operacionales en el ámbito de las telecomunicaciones.
La generación de los milenios ha tenido en sus manos las más sofisticadas herramientas tecnológicas impensables tres décadas atrás.
Ellos contemplan atónitos la fragilidad de la paz mundial que pende en cierto modo de algún resabio de uno de sus principales líderes, quienes cargan en sus maletas las llaves de las compuertas para detonar el artefacto que nos hundirá a todos en tan solo segundos.
Las armas, ¿escudo de protección?
Antes era exclusivamente Estados Unidos de Norteamérica que gozaba de esa potestad y “privilegio”, pero ahora las cosas son diferentes porque tanto Rusia, China, Francia, Reino Unido, Irán, Corea del Norte o Israel pueden armar un verdadero avispero en este mundo globalizado y terriblemente desigual.
En 2017, el gasto militar mundial alcanzó 1,7 billones de dólares. Sólo EE.UU. gastó US$610.000 millones.
Datos del Instituto Internacional de Investigación de la Paz de Estocolmo confirman que el gasto militar estadounidense en 2017 representó el 3,1% de su PIB.
Los diez países que dedican una mayor parte de su riqueza al poderío militar son:
Omán, frente al estrecho de Hormuz, uno de los corredores de hidrocarburos más importante del planeta y vecina de Irán, Arabia Saudita y Yemen, se convirtió en 2017 en el principal comprador armamentista del mundo con US$8.686 millones, o sea el 12% de su PIB.
Arabia Saudita, desde el 2015 está enfrascada y liderando un grupo de naciones que combaten en Yemen contra las fuerzas de hutíes. Por igual, sigue combatiendo en la coalición internacional que intenta sepultar al autodenominado Estado Islámico. En 2017, destinó US$69.413 millones en armas (10% de su PIB).
La República del Congo es la nación africana que mayores recursos orienta hacia sus estructuras de defensa. En efecto, en 2017, fueron US$ 484 millones.
Kuwait, tiene apenas 17 mil 818 kilómetros cuadrados y menos de tres millones de personas. En esta pequeña monarquía constitucional cohabita una formidable estructura militar y diversas bases de defensas estadounidenses. En 2017, gastó US$6.831, equivalentes a 5,8% de su PIB.
Argelia, Entre 1992 y 1998 tuvo un conflicto armado interno que sepultó a más de cien mil personas entre civiles y militares. Su gasto de defensa estimado en US$10.073 millones ha servido para enfrentar a los grupos terroristas transnacionales como Al Qaeda.
Jordania, En la guerra de los seis días contra Israel en 1967, perdió el dominio que ejercía en Cisjordania y de la zona oriental de Jerusalén, que venía ocupando desde el primer conflicto árabe-israelí de 1948. Su arsenal armamentista hacia el 2017 ascendía a US$1.939 millones, es decir, el 4,8% de su PIB.
Gastos Militares
Israel, Desde su creación en 1948 ha sido un territorio generador de conflictos y de sucesivas polémicas por ser el principal aliado de EE.UU. en el Oriente Medio. También ante su histórica disputa territorial con sus vecinos fronterizos, los palestinos. Llegó a suscribir acuerdos de paz con Egipto (1979) y Jordania (1994). El gasto militar israelí fue en 2017 de US$16.489 millones (4,7% de su PIB).
Líbalo, Quedó visiblemente marcada por una cruenta y prolongada guerra civil (1975-1990). Hoy su gasto armamentista llega a US$2.441 millones, equivalentes al 4,5% de su PIB.
Rusia, En la era de Vladimir Putin, presidente de la República Federativa de Rusia, nadie pone en duda la capacidad y crecimiento experimentado por esta gran nación. Actualmente destina US$66.335 millones, o sea, 4,3% de su PIB.
Bahréin, En 2017, destinó US$ 1.396 millones a sus gastos de defensa, lo que equivale a unos $936 per cápita y a 4,1% de su PIB, según estimaciones de Sipri.
Fuente: Instituto Internacional de Investigación de la Paz de Estocolmo.
Corea del Norte
El enigmático líder norcoreano Kim Jong-un mide 1,7 metros de estatura y su profunda mirada refleja la personalidad de un hombre de nervios de acero, que ríe de buenas ganas ocasionalmente y que prefiere viajar en un tren blindado a tener que elevarse a 39 mil pies de altura en avión.
Donald Trump, presidente de Estados Unidos y Kim aparentemente han encontrado un punto de armonización en las dos cumbres que presidieron en Singapur y posteriormente en Hanói, capital de Vietnam.
Ambos gobernantes han sonreídos frente a las cámaras con saludos protocolares y gestos que irradian respeto e interés por arribar a un entendimiento entorno a las diferencias que han marcado a la potencia del norte y el país asiático.
No obstante, está por verse si finalmente arribarán a acuerdos específicos en su tercera cumbre que aún no tiene fecha ni lugar determinado.
Por de pronto, Kim ha seguido lanzando misiles en las aguas territoriales asiáticas que no dejan de inquietar a Japón y Corea del Sur.
¿Habrá algún espacio en la agenda diplomática estadounidense para un futuro encuentro con las autoridades de Irán?
EE.UU. e Irán representan el otro foco de la discordia en el ámbito internacional actual, y una seria amenaza de que ambos protagonicen un conflicto de dimensión mundial.
Artículo de Manuel Díaz Aponte