En total suman 21 los fenómenos atmosféricos previstos en este 2019, de acuerdo a la lista oficial rotativa que viene realizando el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de los Estados Unidos, desde el 1953.
Por Plántida Reyes/Especial para DiarioDigitalRD.
Un año más y llega nueva vez a perturbar la vida de los dominicanos de todos los estratos sociales: la temporada ciclónica.
Aunque sus efectos, desde el primero de junio hasta el 30 de noviembre de cada año, traen consigo luto, hambre, pérdidas materiales, daños a la agricultura, a las estructuras viales y edificaciones de todo tipo, lo cierto es que los fenómenos atmosféricos que le son característicos, con contadas excepciones, también pueden producirse fuera del periodo referido.
Depresión tropical acompañada de rayos, truenos y precipitaciones continuas surcando el cielo de todo el territorio nacional, así como tormentas tropical y huracanes, preocupan a la población que se mantiene atenta a los boletines, orientaciones y alertas que ofrecen el Centro de Operaciones de Emergencias (COE) y la Oficina Nacional de Meteorología (ONAMET), ante, durante y después de cada temporada.
En esta temporada ciclónica en el Atlántico 2019, de acuerdo a la escala Saffir-Simpson se espera la formación de trece fenómenos tropicales, cinco de ellos, dentro de los pronósticos señalados, podrían alcanzar la categoría de huracanes y dos con intensidades de vientos que oscilan desde 3 a 5.
En total suman 21 los fenómenos atmosféricos previstos en este 2019, de acuerdo a la lista oficial rotativa que viene realizando el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de los Estados Unidos, desde el 1953.
Los nombres varían entre españoles, ingleses franceses, y otros. Andrea, Barry, Chantal, Darían, Erin, Fernand, Gabrielle, Humberto, Imelda, Jerry, Karen, Lorenzo, Melissa, Néstor, Olga, Pablo, Rebekah, Sebastien, Tania, Van y Wendy
Andrea, formado fuera de la actual temporada, el pasado 21 de mayo, y que no representó peligro al territorio nacional ni a ninguna otra nación del área, no es el único fenómeno en entrar a escena antes o después de temporada, pues aún duelen los recuerdos de los estragos ocasionados por la tormenta Noel que perturbó la vida y la navidad de los dominicanos el 11 de diciembre del año 2007.
Noel alcanzó vientos sostenidos de casi 64 kilómetros por hora con una velocidad menor a los 97 kilómetros por hora. Su incidencia en todo el territorio nacional provocó la muerte de 73 personas, y otras 43 resultaron desaparecidas. Igualmente ocasionó que unas 64,096 personas fueran evacuadas y mil 526 rescatadas.
A causa de sus efectos el poblado El Duey, en Villa Altagracia, fue destruido y produjo el aislamiento de 39 comunidades en la región sur.
Aunque los daños a la propiedad privada, la agricultura y a la economía en general del país ocasionados por la tormenta Noel, sus efectos quedan cortos ante la gravedad provocada por los huracanes David (1979), Georges (1998), y la tormenta Federico, a seis días del huracán David.
Antes de los referidos, existe una lista extensa de tormentas, depresiones tropicales y huracanes que han afectado a la Republica Dominicana, y que se remonta desde la época colonial hasta nuestros días, como el ciclón san Zenón cuyos efectos devastadores se sintieron con mayor intensidad en la ciudad de Santo Domingo, en el año 1930, del siglo pasado.
El huracán David, uno de los más intensos huracanes del pasado siglo XX, azotó el país el 31 de agosto de 1979, categoría 5, causó la muerte de 2 mil personas; así como el desbordamiento de ríos a nivel nacional y ocasionó daños a la infraestructura, principalmente en la región sur.
Aún la población no salía del miedo, el dolor de muchos de ver partir a seres queridos, perder casas, propiedades, cuando, seis días después, la tormenta tropical Federico, extiende y empeora los daños que causo David. Federico produjo severas precipitaciones e inundaciones en la región sur del país.
En 1998 la República Dominicana nuevamente llora las desapariciones y muertes de más de mil dominicanos que se produjeron con el paso del huracán George, de categoría 4, al azotar el territorio nacional el 22 de septiembre en las primeras horas de la mañana.
Sin Dudas, que Dios ha puesto sus manos misericordiosas en detener y desviar otros fenómenos que la población observó en años recientes, que nuestro país se encontraba de frente a la ruta que habían trazado, como es el caso del huracán María cuyos efectos devastadores aún hace brotar lagrimas a los hermanos puertorriqueños.
Aunque esta temporada ciclónica ha sido clasificado de “normal”, según la Universidad de Colorado, considerada la principal autoridad internacional en esta materia, las autoridades dominicanas se han preparado con la adquisición de equipos de última generación con la que pretenden enfrentar las incidencias de los fenómenos.
La Oficina Nacional de Meteorlogía (ONAMET) ha adelantado que para este año 2019 la entidad contará con herramientas modernas como el modelo atmosférico WRF-ARW, diseñado en tres dominios de resolución que permitirá un mejor manejo de los eventos climáticos para el país.
Este equipo ayudará significativamente a tener informaciones más detalladas en cuanto a los acumulados de lluvias e intensidad de los vientos.
De esta misma manera se estará probando el Pronóstico de Inundaciones Costeras por Marea de tormenta, y la Guía de Inundaciones Repentinas, puesta en marcha en la temporada 2018, para fortalecer las predicciones e investigaciones sobre eventos climáticos.
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Las tormentas, depresiones tropicales, huracanes y las precipitaciones que siempre les acompañan, han afectado, a lo largo de nuestra historia, enlaces viales, escuelas, edificaciones de entidades públicas y privadas, cuyos danos a la fecha no han sido cuantificados, entre los que se incluye a la agricultura.
Cada año se suman miles y miles de dominicanos apostados en la Defensa Civil, Cuerpo de Bomberos, entre otras instituciones que conforman el COE, a los operativos preventivos y de salvaguardar las propiedades de los dominicanos que residen en zonas vulnerables a inundaciones de ríos y cañadas, deslizamientos de tierras y por los fuertes oleajes que acompañan a los fenómenos.
Mientras que el Servicio Nacional de Salud (SNS) activó su Plan Operativo de la Red Pública de Servicios de Salud, el cual contiene las acciones de preparación y de respuesta ante eventualidades que se presenten en el país durante la presente temporada ciclónica por la ocurrencia de algún fenómeno atmosférico.
La directora de Emergencias y Urgencias del SNS, Mariam Montes De Oca, destacó que los preparativos de contingencia para este período buscan afrontar de manera organizada y oportuna los eventos propios de la temporada que amenacen la prestación de los servicios en los centros de salud.
“Por este motivo, el SNS coordina las acciones a nivel nacional buscando aunar esfuerzos y desarrollar estrategias dirigidas a gestionar los factores de riesgos, respuesta adecuada y oportuna de los servicios especializados, atención médica, así como a desastres y posibles brotes epidémicos”, agregó.
Informó que desde ya los centros de salud de la Red Pública fortalecen su preparación con el abastecimiento de insumos gastables, medicamentos, combustibles, sangre y personal asistencial.
También, recomendó a la población adoptar medidas preventivas y hacer uso de los Centros de Primer Nivel de Atención (CPN) antes de dirigirse los hospitales de la red.
“Los establecimientos están preparados para recibir y atender este tipo de situaciones que se puedan presentar”, concluyó.