La obra, auspiciada por Inicia, fue ponderada por Frank Moya Pons en el pabellón de la República Dominicana
El libro “Sabores ancestrales, evolución de la gastronomía dominicana” fue puesto en circulación durante un acto realizado en la Feria del Libro de Madrid 2019.
En representación de Inicia, que publicó el libro, Felipe Vicini expresó su satisfacción porque este circula en el gran evento dedicado a la República Dominicana, lo cual agradeció al embajador dominicano en España, Olivo Rodríguez Huertas.
Dijo que la obra, sobre la gastronomía dominicana y su rica historia, fue puesta en circulación en diciembre pasado en Santo Domingo, que la versión digital puede ser descargada en la página web.saboresancestrales.com.do y que el recetario se puede obtener a través de una aplicación.
De su lado, Inés Páez (chef Tita) manifestó que era para ella un honor, desde el Ministerio de Relaciones Exteriores y en nombre del canciller Miguel Vargas Maldonado, asistir a la presentación del libro, que considera “un hermoso e interesante recorrido por la historia gastronómica dominicana, que muestra los ingredientes locales más emblemáticos y exportadores, de la mano de reconocidos chefs criollos”.
“Es un orgullo poder compartir con ustedes un poco de los sabores de nuestra tierra a través de esta maravillosa obra que es un legado a la gastronomía, a la cultura de la República Dominicana, en un escenario lleno de conocimiento como es la Feria del Libro de Madrid, como parte importante de la diplomacia gastronómica dominicana”, dijo Páez.
Ponderación de Moya Pons
De su lado, el historiador Frank Moya Pons ponderó la belleza y el contenido del libro, que destaca los aportes de las diferentes migraciones que dieron origen a la culinaria dominicana.
A su juicio, el libro es “una enciclopedia viva y moderna de la gastronomía dominicana” y expresó que dice que la cocina criolla fue el resultado de una fusión secular de las tradiciones culinarias, taína, española, europea y africana, enriquecidas con los aportes de los árabes, los chinos y los italianos.
“También nos recuerda cuánto debe el mundo a la agricultura aborigen, pues andando el tiempo los pueblos europeos, africanos y, posteriormente, los pueblos asiáticos aprendieron a consumir maíz, yuca, maní, piña, ajíes, frutos estos que junto con otros del continente americano, como el tomate, el cacao y la papa, pasaron al Viejo Mundo y se convirtieron en alimentos de consumo básico”, indicó.
Recalcó que la obra muestra también la contribución de los conquistadores españoles, comenzando con el segundo viaje de Colón que trajo al Nuevo Mundo la caña de azúcar, el trigo, la vid, las gallinas, los cerdos y las reses, además de ciertos alimentos elaborados, como la harina, el vino, el aceite de oliva, el pan, las galletas y los bizcochos.
El temprano intercambio de animales, plantas, gentes y gérmenes entre España y la isla Española, afirmó Moya Pons, es lo que se ha llamado el intercambio colombino, de acuerdo a Alfred Crosby, “un gigantesco movimiento que dio origen a profundos cambios en la ecología y la economía del Viejo y Nuevo Mundo”.