Andrés L. Mateo analizó la obra sobre el “imaginario del terror” en la larga dictadura de Trujillo
Fue presentada, en Casa de América, en Madrid, la novela “Johnny Abbes, vivo, suelto y sin expediente”, del escritor dominicano Tony Raful, sobre el temido jefe de inteligencia y seguridad en la era Rafael Leónidas Trujillo.
En su exposición, Tony Raful dijo que Abbes García apenas dirigió los servicios de inteligencia y seguridad de la dictadura directa o indirectamente durante tres años, en el tiempo del agravamiento de la crisis del régimen, cuando fue mayor la resistencia política y cuando se produjo el empeoramiento de las relaciones de Trujillo con la comunidad hemisférica.
También el poeta, ensayista e historiador señaló que entonces la dictadura confrontó problemas de envergadura con la política norteamericana que durante más de 25 años había sido su soporte en la lucha contra el comunismo.
A su juicio esos tres años fueron de una dimensión catastrófica y traumática en la conciencia social del pueblo dominicano.
“No fue que Trujillo no ordenara matar y violar los derechos humanos, antes de que Johnny ejecutara sus mandatos de horror, no fue que Trujillo no dirigiera masacres ignominiosas como la de los haitianos en 1937, no fue que Trujillo no asesinó por encargo en el exilio a connotados dirigentes opositores y ciudadanos de otras nacionales, es que nunca se mató a tanta gente, nunca se torturó a tantos dominicanos y dominicanas”, sostuvo.
Hablando ante interesados en la cultura y la literatura, Raful dijo que sin la anuencia y las directrices del dictador, Johnny no hubiese materializado ninguna de sus acciones y que hubo, entre “Trujillo y él, una empatía e identificación psicológica y política que no se produjo entre Trujillo y ninguna otra figura de la dictadura”.
“Filiación morbosa, de bajos instintos, macabros conductos de locura y perversión. Figuras como Miguel Ángel Paulino y la banda de la 42, el general Fiallo o el general Arturo Espaillat, no llegaron nunca al clímax de la barbarie ni concentración de poder que Johnny exhibió durante tres años en el país”, puntualizó el autor.
Cuando la muerte del tirano lo dejó desprovisto de tutela, dijo Raful, Johnny fue rápidamente purgado por dos de sus enemigos fundamentales, Joaquín Balaguer y Ramfis Trujillo, quienes sentían repulsión por él, aunque motivados por diferentes actitudes y acciones.
Aseguró, además, que su obra se propone entrar en el misterio que rodea la vida posterior de Abbes García, en las interioridades de la vida del verdugo, de sus vínculos reales con la Agencia Central de Inteligencia Norteamericana (CIA) y su prófugo destino.
“Llevado a Haití cuando se produjo la intervención militar norteamericana de abril del 65 en nuestro país, para reforzar la seguridad haitiana e impartir un curso de métodos y acciones represivas, en menos de dos años, a una especie de guardia civil llamada los 'Tom Tom Macoutes', Johnny desaparece misteriosamente luego de haber concluido su trabajo unos meses antes…”, explicó Raful.
Dijo que la obra es narrada por el propio Johnny, “burlándose de todos”.
“Lo hace Johnny transcribiendo todos los documentos y acciones cometidas, narra la Era de Trujillo desde su propia visión histórica. Además, revela todo lo que sucedió en Haití, y luego de su salida lo que ha pasado con su vida, de cómo aún vive a los 94 años y en cuáles condiciones”, aseguró.
Afirmó que se trata de “una novela histórica, donde no se escatiman datos e informaciones oficiosas sumamente importantes”.
“Aquí están los testimonios de gente que lo ha visto, de gente que atestigua su sobrevivencia, aquí están las confesiones de sus amigos, la veracidad testimonial de su vida bajo la supletoria transcripción de sus confidentes”, dijo.
Manifestó que está seguro de que, después de leer la historia narrada por Johnny, “ningún lector puede asegurar su muerte, ni sumarse a las certidumbres de hojalata que ceden siempre ante la duda incisiva y el misterio envolvente que la propia historia, nada lineal y siempre bajo el asedio del 'Cisne Negro', la casualidad, lo aleatorio, entraña”.
Raful agradeció su participación al embajador dominicano en España Olivo Rodríguez Huertas, cuya representación del Estado “llena de orgullo a la nacionalidad dominicana” y a sus “colaboradores eficientes y brillantes, sus queridos amigos José Rafael Lantigua, Soledad Álvarez y Minerva del Risco”.
Palabras de Andrés L. Mateo
Al presentar la novela de Raful, el escritor Andrés L. Mateo dijo que la obra fluye íntegramente desde el monólogo interior y que Abbes García es quien habla.
“Él es quien establece valoraciones, juzga. Cada capítulo, cada acontecimiento, todos los hechos referidos, son consustanciales con la siniestra biografía del personaje narrador. Nunca como en esta novela es fundamental subrayar la independencia del personaje narrador respecto del autor. El autor está fuera del discurso de la ficción y muestra que el personaje narrador vive en el seno de la ficción…”, dijo.
Afirmó que desde la primera página de la narración entran en escena los dos personajes centrales, y que el encuentro de Johnny Abbes con Trujillo es un alborozo contenido entre la admiración inconmensurable y el miedo, que pasa de inmediato a la ficción viniendo de la historia.
Expresó que un acierto fundamental de Tony Raful es fundar la narración en la mirada de un innombrable que en la historia oral de los dominicanos ha ocupado todo el imaginario del terror.
“No hay un dominicano que no haya oído hablar de Johnny Abbes, que no lo asocie a la atmósfera de miedo del trujillismo, pero hasta hoy nadie lo había oído explicar, y hasta justificar le prontuario criminal que lo signa”, aseguró.
Dijo que la interpretación de la novela de Raful empuja inexorablemente hacia la interpretación de la historia.