El gobierno se había caracterizado por mantener una buena relación con los diversos sectores de fe de la nación. Quienes conocemos a Danilo sabemos que si bien no es un militante cristiano, él profesa un cierto nivel de respeto y consideración a todos los hombres y mujeres que tenemos la fe como el sostén de nuestras acciones cotidianas.
El presidente Medina no es un hombre que visite iglesia de manera regular, pero siempre ha sido un cultivador de la fe y de la oración. Y en sus actividades como primer mandatario de la nación siempre ha colocado a los sectores cristianos, evangélicos y católicos, en un lugar de mucha importancia para el desarrollo de las políticas públicas.
Sin embargo, en los últimos meses ha habido un cambio radical del gobierno hacia los sectores de fe. De manera sorprendente e inaudita, el gobierno ha decidido impulsar, a través del Ministerio de Educación, una ordenanza que llama a definir una política de género en las escuelas públicas, la cual ha creado una gran preocupación en los sectores cristianos.
En primer lugar porque dicha ordenanza se hace de manera sorpresiva y sin consultar a nadie, y del mecanismo que se crea para definirla se excluyen a los sectores cristianos y a las sociedades de Padres y amigos de la escuela. En segundo lugar, porque para definir esa política se crea una comisión compuesta por 4 feministas radicales, las cuales tienen una clara definición de impulsar no una política de igualdad entre estudiantes, sino una ideología de género, que lleva a cambiar los roles de nuestros niños y niñas y abre las puertas para una enseñanza llena de aberraciones y elementos que, en vez de formar, lo que hace es deformar a nuestros hijos e hijas.
A esa decisión incorrecta propiciada por el gobierno, se suma otra acción preocupante y violatoria de toda norma institucional de parte del Ministerio de Educación. Es la oposición de ese ministerio a aplicar la ley 44-00 que dispone la lectura de pasajes de la Biblia en las escuelas y el desarrollo un programa de instrucción bíblica dirigida a los estudiantes que sus padres estén de acuerdo que quieran recibirlo. De manera increíble el Ministerio de Educación ha dicho que no lo hará, violando una ley aprobada por el congreso y mostrando un irrespeto por las normas constitucionales, ya que ningún ministerio puede negarse a aplicar una ley. Si no está de acuerdo, lo que debe hacer es ir al Tribunal Constitucional y pedir su derogación.
Esta situación preocupa mucho más porque da el mensaje de que el gobierno no quiere que a nuestros estudiantes se les forme con valores cristianos, con la riqueza moral, espiritual y ética de la Biblia. Nuestra nación fue creada por Duarte teniendo como soporte los valores cristianos y poniendo como lema “Dios, Patria y Libertad”. Nuestro escudo tiene un su centro una Biblia con una cita del evangelio de Juan. Es decir, la nación dominicana tiene como elemento esencial desde su fundación los valores cristianos y la Biblia como guía ética y moral. Por eso, leer y enseñar con la Biblia es una acción que ayuda mucho a la formación integral de nuestros hijos e hijas, y quien se oponga lo que busca es hacer daño a nuestros estudiantes.
Ante estas medidas preocupantes, estoy orando para que el presidente Danilo Medina tome cartas en el asunto, derogue esas acciones que le hacen un gran daño al gobierno, y retome el camino de la concertación, el diálogo y la armonía con los sectores cristianos. Ojalá Dios ilumine a Danilo.
Euri Cabral
Economista y Comunicador
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