La Fiscal General James aplaude la aprobación de proyecto de Ley que protege a inmigrantes en Puestos de Trabajo. La medida prohíbe a los empleadores acosar o tomar represalias contra los trabajadores inmigrantes
NUEVA YORK—La Fiscal General Letitia James aplaudió hoy la aprobación del proyecto de ley que penaliza cualquier acto de discriminación o la toma de represalia contra empleados inmigrantes.
Esta medida es considerada una codificación necesaria y de sentido común de la jurisprudencia federal de las provisiones anti-represalias de las Leyes Laborales de Nueva York, y de la Ley Federal de Normas Justas de Trabajo (FLSA, por sus siglas en inglés)–que prohíbe a los empleadores despedir, castigar, discriminar, o amenazar con reportar a un empleado o a uno de sus familiares a las autoridades migratorias.
“Cada persona merece trabajar en un lugar donde no haya acoso, intimidación, ni abuso”, afirmó la Fiscal General Letitia James. “Desafortunadamente, este no siempre es el caso; es por ello ue debemos hacer todo lo que podamos para asegurarnos que los trabajadores vulnerables puedan exigir y defender sus derechos sin temor a ser castigados. Esta iniciaiva representa un paso importante en la protección de los neoyorquinos de empleadores inescrupulosos y depredadores. Agradezco a la Senadora Estatal Ramos y al Asambleísta Estatal Crespo por su liderazgo en la aprobación de esta propuesta, en sus respectivas cámaras legislativas”.
“La ley debe proteger a todos los neoyorquinos equitativamente, en el área de trabajo,” indicó la Senadora Estatal Jessica Ramos. “Es un hecho indiscutible, el que los trabajadores inmigrantes enfrenten represalias por parte de sus empleadores, y que sean sometidos a abusos a niveles alarmantes. Esta ley protegerá a los trabajadores vulnerables de continuos actos de explotación, y de condiciones laborales perjudiciales, problemas que han enfrentado aquí en este estado, desde hace mucho tiempo”.
“La explotación de trabajadores inmigrantes infringe su derecho más básico de sentirse seguros en su lugar de trabajo. Es por ello que estoy orgullo de anunciar la aprobación de este poyecto d eley, que proveerá protecciones fundamentales a los trabajadores inmigrantes en todo el estado de Nueva York”, dijo el Asambleísta Estatal Marcos Crespo. “Nadie debería temer a las represalias de los empleadores, por simplemente tomar acciones justas y legales para mejorar y mantener su seguridad y la de sus familiares”.
Los inmigrantes tienen más probabilidades que los ciudadanos estadounidenses de ser víctimas de acoso sexual, robo de salarios, clasificación errónea, y de ser sometidos a otras violaciones de seguridad en el lugar de trabajo. Cada año, 6.5 millones de trabajadores indocumentados experimentan algún tipo de robo de salario, y según un importante estudio, cerca del 40% de los inmigrantes indocumentados reportaron haber sido víctimas de robo salarial, en las semanas anteriores; y un sorprendente 85% de los trabajadores inmigrantes reportó ser víctimas de otras violaciones, como no haber recibido el pago por horas extras, requerido por la ley. Los hombres latinos nacidos en el extranjero tienen casi 2 veces y ½ más probabilidad que cualquier otro empleado, de lastimarse o morir en sus trabajos. Los inmigrantes, además, están sobrerepresentados en restaurantes, sectores agriculturales, y en trabajos domésticos–áreas donde se reportan más casos de acoso sexual.
Sin embargo, el miedo a las repercusiones suele callar a muchos de estos trabajadores también víctimas de explotación. En una encuesta realizada en 2009 sobre los trabajadores de la industria de empaques de productos cárnicos, en Iowa, el 91 por ciento respondió que las mujeres inmigrantes no denuncian los casos de acoso o violencia sexual en su lugar de trabajo. Con la creciente y acalorada retórica anti-inmigrante, a nivel federal, esta gran disparidad se ha vuelto peor que nunca. Prueba de ello son los pocos casos de agresión sexual reportados por trabajadores inmigrantes—el índice de casos reportados se redujo en un 25% desde 2016.
Con esta invasión del miedo, los nocivos empleadores suelen explotar más a los trabajadores inmigrantes y, según informes, para evitar que estos reporten las pésimas y peligrosas condiciones en sus trabajos, cada vez más son amenazados con la deportación y otras consecuencias relacionadas con inmigración. Aunque muchos tienen miedo de reportar estos actos ilícitos, en California las quejas por amenazas de represalias—relacionadas con inmigración–aumentaron con el reporte de 94 casos en el primer año de presidencia de Trump, comparado con los 20 casos reportados en todo el 2016, y solamente siete el año anterior. En otros estados de la nación, se han reportado innumerables violaciones de derechos laborales, incluyendo casos en los que los trabajadores inmigrantes resultaron heridos. A pesar de ello, fueron amenazados con la deportación si se atrevían a solicitar una indemnización a sus empleadores. En Nueva York, el Dpto. De Trabajo impuso multas de al menos $250.000, en los últimos tres años, aunque aún no se habían impuesto normas que prohibieran las amenazas relacionadas a la inmigración, como represalias.
Las represalias en el lugar de trabajo ocurren cuando un empleador amenaza o castiga a un empleado por participar en una actividad legal. En muchos casos, esta