La incapacidad de negociación interna del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) mantiene en tensión al primer poder del Estado, el Congreso Nacional, cuya sede ha sido rodeada por un contingente de policías y militares que contralan el acceso y salida a la misma.
La situación, que al decir de Franklin Almeyda, asoma a la República Dominicana hacia un momento muy delicado, se torna peor por la falta de interlocutores válidos dentro del PLD, partido en el que los organismos han sido sustituidos por las personalidades en pugnas.
El comité político prácticamente se ha neutralizado ante la situación conflictiva originada en su propio seno. El CP está dividido entre leonelistas y danilistas y de un notable grupo agachado, que no acciona ni opina, probablemente esperanzado que la crisis lo beneficie.
La ausencia de una mediación interna conduce al PLD al abismo. Mientras sus principales dirigentes se enfrentan en una desmedida lucha por el poder, sus bases aun parecen estar confiadas en que ocurra un milagro de que para una solución unitaria entre Leonel Fernández y Danilo Medina.
Al parecer, la dirigencia peledeísta ha querido trasladar su crisis al Congreso Nacional, y lo está logrando. Allí, excepto la tensión reinante y las comidillas e intrigas, no ocurre nada que apunte hacia una salida institucional al impasse.
El proyecto de ley con el cual se buscaría modificar la Constitución de la República, para facilitar la habilitación del presidente Medina, de modo que pueda participar en las primarias del PLD, no termina de llegar.
Entre la inacción del danilismo, y entre rumor y rumor, el sector que sigue al ex presidente de la República, Leonel Fernández ha optado por la línea de masa, como se dice en el argot político, y ha desplazado a cientos de sus seguidores a una vigilia frente al Congreso Nacional.
La respuesta, ya oficial, ha sido militarizar la sede del Congreso Nacional, como ocurre desde el lunes, y evitar la instalación de carpas donde se estacionaría la vigilia.
El lunes al caer la tarde se produjo el primer altercado entre manifestantes y las fuerzas del orden, cuando esta se apoderaron de las carpas, forcejearon con legisladores y lanzaron bombas de gases. El diputado Henry Merán resultó afectado y debió ser hospitalizado, mientras que a un joven le fue fracturado un brazo.
Con ese suceso, la crispación entre los bandos paledeístas ha subido, el tono del discurso se torna más ofensivo, mientras se ha incrementado la presencia policía-militar en la sede del Congreso Nacional.
A poca distancia están acantonados los seguidores de Leonel Fernández, liderados por el ex senador y miembro del comité político Bautista Rojas Gómez, quien más temprano dejó claro que el tema que lo divide con el sector danilista ya no es materia del alto organismo de dirección.
Para Rojas Gómez la única salida es que el sector del presidente Danilo Medina entienda que la Constitución hay que dejarla como está y no se pretenda imponer una modificación para permitir que el presidente Medina intente reelegirse.
A todo esto, el miedo de sectores de la población es que, así como esta crisis afecta hoy directamente al Congreso Nacional, la misma haga metástasis hacia otras instituciones vitales del Estado, al punto de que derive en una crisis política que se traduzca a una crisis social y económica.
Las próximas horas nos dirán si el país avanza hacia un sendero de esperanza o se conduce hacia el abismo