Participación Ciudadana denuncia lo que califica como maniobras para comprar los votos con que no cuenta el presidente para modificar la constitución.
Por quinta vez en sus 25 años de existencia, Participación Ciudadana, capítulo dominicano de Transparencia Internacional, levanta su voz para rechazar la modificación de la Constitución de la República con el objetivo de favorecer al presidente de turno, expresa el comunicado emitido este domingo por la entidad no partidista.
Indica que presencia con pena y frustración que el país sigue atrapado en la vieja cultura de irrespeto a la Constitución que tanto daño ha hecho desde la creación de la República.
"Recogiendo y actualizando los planteamientos expuestos a lo largo de todos estos años, resumimos en breves puntos los motivos de nuestro rechazo a la modificación de la Constitución":
La reelección ha sido una amenaza y una agresión permanente al ideal de los fundadores de la República y de los dominicanos de buena voluntad de crear un país democrático, que cuente con fuertes y efectivas instituciones y garantice los derechos, las libertades y el bienestar para sus ciudadanos. Cada vez que un gobernante quiere perpetuarse en el poder, utiliza cuantos medios estén a su alcance a costa de echar por el suelo esos ideales.
La reelección ha motivado una mayor corrupción, clientelismo y despilfarro de los fondos públicos. Se ha documentado en demasía el abuso de los recursos del Estado y la excesiva recurrencia a fuentes privadas espurias, ilegales y cuestionables para reunir grandes sumas de dinero con las cuales comprar voluntades y aplastar oposiciones. Quien tenga duda de esto sólo tiene que consultar los informes que ha publicado Participación Ciudadana en las diez ocasiones en que ha realizado observación electoral.
En este momento tenemos muy presente lo ocurrido en el 2016. Para financiar la reelección del Presidente Medina fue utilizada la empresa más corrupta hasta ahora develada en el continente, la ODEBRETCH, la cual, a cambio de contrataciones sobrevaluadas y obtenidas mediante soborno, según la propia confesión de los ejecutivos presos en Brasil, proporcionó una inmensa cantidad de recursos y apoyos a la campaña del Presidente Medina. Aunque hace más de dos años que esas acciones fueron denunciadas y documentadas, este delito todavía no ha sido investigado ni castigado, mientras el país se encuentra en la mira de todo el mundo, señalado como uno de los más corruptos y de menor respeto a la institucionalidad.
Para obtener el favor popular en el 2016, el Presidente Medina utilizó todos los recursos del Estado, pero además juró ante Dios y el país que éste sería su último periodo y para ganarse un voto de confianza, él mismo propició la inclusión en la reforma constitucional de entonces de un impedimento para optar por otra reelección en el 2020. Ese juramento es el que hoy se pretende borrar con excusas ridículas que denigran a quienes las esgrimen.
Producto de este nuevo intento reeleccionista, el país está sumido en una crisis política que ya perjudica la economía, mientras la población dominicana contempla con estupor, desconcierto e impotencia cómo se quiere imponer una reelección ilegítima, con demostraciones de fuerza, militarización del Congreso, agresiones a los opositores, ofertas de dinero, campañas publicitarias con el dinero público y otras acciones cuyas repercusiones sobre la gobernabilidad y la democracia de seguro serán muy negativas.
Participación Ciudadana apela al buen juicio y el sentido del honor del Presidente Danilo Medina para que ponga fin a este doloroso espectáculo, anunciando su respeto a la Constitución que él mismo hizo modificar y asumiendo la responsabilidad que le toca en el avance de la institucionalidad democrática y la celebración de unas elecciones justas, transparentes y ejemplares como se merece este país.
Una vez más hacemos un llamado a las fuerzas democráticas a unirse en un reclamo nacional tan alto que no pueda ser desoído, cada cual mediante los medios que estén a su alcance, pero todos con el compromiso de construir la República Dominicana a la que aspiraron nuestros fundadores y por la que tantos buenos dominicanos han ofrendado sus vidas.