¡No importa que compren a los 190 diputados y los 32 senadores, la reelección está derrotada!
¡No importa que aprueben la ley que convoca a una asamblea revisora, la reelección está derrotada!
¡No importa si modifican la Constitución para habilitar –de cualquier modo- al presidente Danilo Medina, la reelección está derrotada!
No importa que Danilo, utilizando la fuerza del Estado, se impone como candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana destrozando a Leonel Fernández, la reelección está derrotada. ¡No ganará las elecciones aunque le ponga banderas proselitistas a las bayonetas de los fusiles como hizo Balaguer en 1978, saldrá derrotado!
No importa que los funcionarios del gobierno salgan casa por casa a comprar la conciencia de la gente, ni que llueva el dinero, caigan rayos y centellas, que tiemble la tierra o venga un ciclón peor que el de San Zenón en 1930, la relección será derrotada.
En todos los escenarios posibles, incluso en los imposibles, la reelección está derrotada. ¡Lo digo y lo repito una y mil veces, la reelección está derrotada!
La historia de la humanidad dice que cuando un pueblo decide terminar con un régimen, de la naturaleza que sea, no hay fuerza, económica o militar, que lo pueda detener no importa el precio que tenga que pagar en pérdidas materiales y humanas. Este pueblo no quiere más a Danilo Medina en el poder.
Las encuestas lo dicen, las fuerzas políticas y sociales organizadas también lo dicen. En todas partes la gente lo dice a todo pulmón: ¡No a la reelección!
En el plano internacional las aspiraciones de perpetuarse en el poder de Danilo Medina reciben un rechazo contundente.
No sólo Estados Unidos está opuesto a un tercer mandato, como lo ha dicho Mike Pompeo, ministro de relaciones exteriores, también la embajada radicada en nuestro territorio, lo mismo piensan los países europeos.
La globalización no es económica, tecnológica o científica, es también –y de manera principal- política. La República Dominicana no está sola en el concierto de naciones del mundo.
Nuestra posición geográfica nos coloca en una posición privilegiada en el ajedrez político mundial. Se equivoca pues Danilo si cree que basado en el control de los poderes del Estado, incluyendo los mediáticos, puede hacer lo que le dé la gana sin consecuencia alguna.
¡En el marco internacional la reelección está derrotada!
No hay un solo escenario donde la reelección sea factible. Danilo está acorralado. Quiere reelegirse pero no puede. Por más que mire de un lado a otro, por más que se mueva de Norte a Sur y de Sur a Norte, no encuentra un resquicio por donde salir airoso. No hay luz al final de su túnel continuista. ¡No la hay!
Encerrado en su laberinto, no habla, no ve, no escucha. Está en un limbo peligroso. Quiere salir pero no encuentra una puerta, una ventana o un callejón que le permita respirar aire puro y la posibilidad de salir del lío en que se ha metido. Espero, sinceramente, que encuentre una salida airosa. Y si no existe, que sus adversarios le permitan salir del aislamiento político en que se encuentra. ¡Y que se vaya en paz!