El destacado periodista y escritor, Héctor Minaya, luego de presentar la segunda edición de su obra: Trujillo ¿bueno o malo?, en la reciente Feria del Libro de Madrid; lo puso en circulación en Republica Dominicana.
Para dar inicio a la actividad, su hija, Sharlim Minaya, hizo la oración, y luego de las notas del Himno Nacional, Minaya, quien también es el jefe de redacción del periódico El Nacional dio las palabras de apertura.
En este sentido, el reconocido escritor afirmó que: “el período de 31 años, de los 175 de historia republicana que hay que dar a conocer, se deben saber las cosas buenas que se hicieron, como también las malas que ocurrieron”.
”La historia esta hecha por los hombres, por lo cual es fruto de sus sueños, esfuerzos, ambiciones, capacidades de servicio, en los tiempos que les toca vivir”, agregó.
De ahí que, resaltó la necesidad de revisar la historia para “colocar las cosas en sus sitio y liberarla de leyendas, mitos, epopeyas, y otras cuestiones pocos reales o exageradas, que nada contribuyen a una visión objetiva de una historia que hemos de escribir entre todos”.
De modo que insistió en que se debe “desterrar” la política de la historia.
Culminada la presentación del autor de la obra, hablaron los panelistas: Andrés Fortunato, quien explicó el por qué, en su entender, Trujillo fue malo; y Armando Armenteros, quien manifestó las razones de por qué fue bueno.
Armenteros, quien además de vivir la época en que Trujillo gobernó la nación, es médico y arqueólogo, empezó su disertación aclarando que: “nadie nace bueno ni nace malo. Todos nacemos buenos”. Y agregó que todos somos producto de las circunstancias de la época que nos toca vivir y más cuando se trata de la política.
Al hacer la semblanza de la gestión de gobierno de Trujillo, destacó aspectos como el orden y la disciplina que lo caracterizaron, debido a su formación militar. De ahí que hizo referencia a cómo durante su gobierno se acabó con la inseguridad y los hurtos.
Del mismo modo, calificó como buenas las políticas implementadas para desarrollar económicamente al país, a través de la creación de empresas que sirvieron tanto para impulsar la economía como para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos; desarrollando tanto la industria como la agricultura. Medidas que, a su juicio, le permitieron a Trujillo pagar la deuda en su totalidad la deuda externa.
Igualmente, en razón de su vasta experiencia como médico, enfatizó las políticas sanitarias dispuestas por Trujillo para erradicar epidemias y enfermedades que comprometían la salud de los dominicanos, como es el caso de los parásitos como la Nigua, que se entraban por los pies descalzos y chupaba hasta 3 CC de sangre por día, lo cual mantenía con anemia a los campesinos. Dicho parásito, según aseveró, fue erradicado con la promulgación de la ley de que todo el mundo debía usar zapatos.
En ese mismo orden, resaltó cómo las obras de infraestructura que se construyeron en aquella época, siguen intactas en nuestro tiempo; lo cual no pasa con las obras que se desarrollan en la actualidad, que ante el más mínimo fenómeno natural se derrumban.
En cambio, Fortunato, quien se describió como historiador y constitucionalista, contrarrestó lo afirmado por Armenteros, insistiendo en que Trujillo monopolizó las empresas, para consolidar su propia economía. Al tiempo que consideró que el análisis de ‘Trujillo bueno’ “debe hacerse desde el punto de vista constitucional, porque esto ha sido lo común de todos los gobiernos de este país, desde 1844, ningún gobierno ha dirigido sus acciones de Estado desde el punto de vista del mandato de la Constitución”.
En virtud de lo anterior concluyó que: “Trujillo fue malo porque no respetó la Constitución ni los derechos fundamentales como la vida”. No obstante, también reconoció que aún hace falta constitucionalizar la vida nacional.
Tras el historiador finalizar su exposición se abrió el espacio para las preguntas y respuestas del público. Sin embargo, aquella sección se convirtió en un álgido debate intelectual de planteamientos a favor y en contra que convergieron en varios puntos como: en la falta de institucionalidad y orden que impera en República Dominicana en la actualidad; de ahí que, sin orden tampoco haya libertad.
Asimismo, coincidieron en que no se ha podido implementar una verdadera democracia participativa, donde se respeten los derechos constitucionales de los ciudadanos.
En este punto, llamó la atención que uno de los asistentes, que dijo llamarse José David Mordan, exclamara que debido a la falta de ley y orden, así como el nivel de endeudamiento e inseguridad que se vive en el país, el nieto de Trujillo goce de una gran popularidad, perfilándose como el próximo presidente de la República Dominicana en el 2020.
Del mismo modo, muchos concordaron en que se han tergiversado los hechos de la la historia, contándolos desde ópticas parciales.
En ese orden ideas, una de las asistentes, que dijo llamarse Ivonne Sharp, afirmó que a Trujillo se le atribuyeron crímenes que no cometió, como lo es el asesinato de las hermanas Mirabal.
De modo que, el panelista Andrés Fortunato expresó que hace falta seguir luchando por el respeto de la Constitución, ya que la democracia no se ha implementado porque los políticos no han sido formados como demócratas.
En razón de lo anterior, Francisco Almánzar, quien se presentó como uno de los revolucionarios de la Guerra de Abril del 1965, exclamó: ¡Entonces Trujillo fue más bueno que malo!