Gonzalo Castillo se presentó como precandidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y de inmediato en los corrillos políticos se ha concluido que es él el delfín del presidente Danilo Medina para enfrentar a Leonel Fernández.
Y la conclusión no está lejos. En realidad, de los seis aspirantes que aspiran a heredar el legado político del mandatario ningún es danilista; por más cercano que parezca, como lo es Gonzalo Castillo.
Y el panorama político interno en el PLD, y externo, no está para que el sector del presidente Medina se aventure a apoyar una propuesta presidencial la que luego no respondería a los intereses del conglomerado.
En ese contexto, Gonzalo Castillo es el hombre ideal, por sus estrechos e históricos vínculos con el gobernante que habrá de dejar el Palacio Nacional el 16 de agosto del 2020.
Contribuye al lanzamiento del renunciante ministro de Obras Públicas en busca de la precandidatura presidencial, el hecho de que los que han venido aspirando a enfrentar la candidatura de Leonel Fernández marcan puntajes muy bajo en las encuestas, pese a que llevan hasta años de proselitismo.
La presentación de Gonzalo Castillo es un ensayo danilista a ver si logra romper la barrera de los que se ha denominado como “alitas cortas”, por el poco puntaje en las encuestas. Si para lograrlo se requiere poner la maquinaria del presidente, lo recomendable entonces es que se haga a favor de uno de los suyos, que de lograr el objetivo de vencer a Leonel Fernández y convertirse en presidente de la República, lo haga correspondiendo a los lineamientos políticos de ese sector.
Castillo hizo el anuncio el miércoles y sabe que para llegar al final de la carrera requiere mostrar su fortaleza. Es un funcionario con buena imagen pública, por la valoración en la población de su labor como ministro de Obras Públicas, sustentada en ofrecer servicios y facilidades de impacto en la población.
Discretamente estuvo abonando su perfil, desarrollando desde el ministerio que hasta ayer dirigía, una serie de actividades de corte sociales. Nunca ha participado en contiendas electorales como candidato, de modo que esta para él esta será una inusual experiencia.
Su desafío inmediato no es una tarea fácil, no solo porque en poco tiempo deberá mostrar que cuenta con más preferencias en la población que los seis aspirantes a la pre candidatura que llevan años corriendo, sino porque de lograrla, habrá de enfrentarse al político más difícil de derrotar que ha tenido la política dominicana en las últimas décadas como lo es Leonel Fernández.
Fernández, de gran arraigo en diversos sectores de la sociedad, que van desde conservadores hasta liberales, ha desarrollado una mística en la competencia electoral, ha vencido en todas las contiendas en las que ha participado y es el precandidato peledeísta que marca mejor puntuación en la preferencia de los electores.
Obviamente, en este proceso, se enfrenta a uno de los más desafiantes momentos, cuando se ha visto compelido a enfrentar al gobierno del partido que preside en base al reclamo de que se cumpla el acuerdo de 15 puntos del 2015, en el que desistió de aspirar a la presidencia de la República por cuarta vez para facilitar la postulación del presidente Medina por un segundo mandato presidencial.
La consecuencia de ese enfrentamiento estará por verse, pero lo real ahora es que el danilismo demuestra estar presto a dar la pelea política dentro del PLD y tratar de salir airoso con un candidato que repunte en la preferencia electoral, y que preferiría que fuera Gonzalo Castillo el que enfrente a Leonel Fernández.