Donde quiera que llego la gente me pregunta cómo terminará la crisis que sacude al Partido de la Liberación Dominicana, quién será el candidato, cuál de los alfiles de Danilo Medina se impondrá en el grupo; si Leonel Fernández tiene posibilidades de ganar las primarias, y de ser así qué posibilidades tiene que de volver al poder. A todos les contesto que no lo sé, que no tengo una bola de cristal, que no soy mago ni predigitador. En realidad no lo sé, creo que hoy nadie lo sabe con certeza, ni siquiera los más agudos analistas pueden decirlo.
Pero la gente quiere saber.
Cuando me cuestionan sobre el Partido Revolucionario Moderno digo que soy hay dos opciones: El candidato será Hipólito Mejía o Luís Abinader. No hay dudas al respecto. La percepción creada a través de muchas encuestas, más de 30, dicen que será Luís, pero las primarias serán cerradas, es decir, solo podrán votar los miembros de ese partido, contrario al PLD donde serán abiertas con el padrón de la Junta Central Electoral. Hipólito asegura que ganará pues inscribió el 70% en el “Premil dos” y que su reto es asegurar el sufragio mayoritario del millón 300 mil y tantos del padrón. Ambos están en una encarnizada lucha, pero sin los graves problemas del PLD donde los grupos se disputan el control del Estado de una manera brutal.
Sea Hipólito o sea Luis el ganador, dada la estrecha relación personal de ambos aspirantes a la candidatura presidencial, no parece que se produzca una división. El árbitro es un tercero imparcial: la JCE, lo que elimina o disminuye las denuncias de fraude y el pataleo. El PRM tiene menos problemas internos que el PLD. Eso nadie lo discute.
La gente quiere saber, quiere que le diga lo que quiere escuchar.
Danilo impondrá al candidato que mejor garantice sus intereses, el más leal, el que pueda protegerlo de los embates que sabe llegaran tan pronto deje el solio presidencial. Tratará que se mantenga la impunidad, que no llegue a la presidencia un compañero sin carácter, que ceda ante las presiones populares. No quiere, ni por el diablo, que el ejemplo peruano se repita en la República Dominicana con el caso Odebrecht y otros igualmente graves relacionados con la corrupción.
Si por causa del destino o de la fuerza que ha ganado en los últimos meses pese a la campaña despiadada en su contra, Leonel se impone por encima de Gonzalo Castillo, Andrés Navarro, Francisco Domínguez Brito, Reinando Pared Pérez (Pechito) o cualquier otro, Danilo tratará de que no gane la presidencia aunque ello signifique la salida del poder del PLD, que, en última instancia, sería lo mejor que le podría ocurrir a ese partido y al país.
Primero Danilo procurará ganarle las primarias a Leonel. Pero si no lo consigue, lo hará perder las elecciones. El Estado, como otras veces, será un factor.
Aunque el presidente Medina desistió del proyecto reeleccionista ante las presiones nacionales e internacionales, sigue insistiendo en continuar en el poder a través de un presidente títere, como lo hizo Trujillo varias veces, por lo tanto, la lucha a muerte entre Medina y Leonel, se mantiene, ahora con más fuerza y determinación que antes.
La situación de Danilo y su grupo no es cómoda. Sea quien sea el nuevo presidente de la República, del PLD o de la oposición, ante la crisis económica que se avecina para el 2020 y el 2021, habrá que darle al pueblo pan y circo, más circo que pan, que estará muy escaso y caro.
La gente quiere respuestas a tantas preguntas. Pero yo no tengo las respuestas. Como dijera el filósofo, “yo sólo sé que no sé nada”. El tiempo que avanza vertiginosamente, lo dirá más temprano que tarde porque los plazos se acortan.