En aquel, hoy lejano agosto del 2012, cuando el gobierno anunció la designación del Lic. Gonzalo Castillo Terrero como ministro de obras públicas, se escucharon varias voces de incredulidad e inmediatamente siguieron las descalificaciones, porque él no es ingeniero.
Hoy siete años después de ese nombramiento y debido a su extraordinario desempeño en la cartera, los comentarios son de pura admiración al incumbente y de reconocimiento al presidente Danilo Medina por su visión.
A nosotros, en honor a la verdad, no nos tomó por sorpresa, pues ya conocíamos las dotes gerenciales del Lic. Castillo.
Siempre hemos sostenido, por ejemplo, que un extraordinario cirujano, un excelente médico, un magnífico profesional de la salud, no necesariamente puede ser un buen gerente.
Regularmente es todo lo contrario.
Pero nuestros gobiernos seguían con la práctica de poner un médico como director de un hospital, a un ingeniero como ministro de obras públicas y así sucesivamente.
Para bien, Danilo cambió esta práctica.
La presentación que hizo el Lic. Francisco Javier García, como candidato a la nominación presidencial en las primarias del Partido de la Liberación Dominicana del Lic. Gonzalo Castillo, ha desatado un tsunami. Felizmente no uno destructivo sino todo lo contrario.
La reacción del pueblo llano y sencillo ha sido de júbilo y aceptación general.
Pero como siempre no todo es color de rosa. Siempre existen los tonos grises obscuros de aquellos políticos daltónicos.
Increíblemente, le echan en cara al Lic. Castillo sus logros. Que no debe ufanarse por haber asfaltado, como ministro de obras públicas, la mayoría de los municipios del país.
Que la Asistencia Vial es un logro del Ministerio de Obras Públicas, pero no del ministro.
Que las nuevas autopistas y caminos vecinales estaban en carpeta desde mucho antes de él ser el incumbente.
¡Cuánta mezquindad!
Lo último que le han sacado en cara al Lic. Gonzalo Castillo, a pesar de ser un militante del PLD desde el 1979 y actualmente miembro del Comité Político es: “Que no es un político de carrera” ¡Ahí está su gran ventaja!
Nuestro país está cansado de ser manejado solo políticamente. Dejando de hacer cosas por el simple hecho de no ser políticamente correctas, aunque vayan en beneficio del pueblo.
El presidente Medina se dio cuenta de eso y comenzó a variar lo que era la tradición y se decidió a colocar gerentes en varios Ministerios y Direcciones Generales, en vez de simples políticos.
Los resultados están a la vista.
Muchos de esos estamentos estatales que eran simples huacales llenos de botellas, hoy son entes de reconocido servicio a la sociedad. Donde se destaca el Ministerio de Obras Públicas y su servicio de asistencia vial, en el cual nadie, absolutamente nadie, ha dicho, que le ha dado alguna propina, las famosas “mordidas”, a ningún servidor de ese departamento, por haberlo asistido en cualquier problema mecánico o de cualquier otra índole en las autopistas de nuestro país.
Danilo, hoy lo podemos ver con una cara de satisfacción. Parado en su podio, en ese parque acuático de la política dominicana, dirigiendo sus delfines en la ejecución de todos tipos de piruetas para satisfacción de su público.
Desde luego, siempre hay un delfín que se destaca de la manada. Que descuella en el rebaño por sus condiciones especiales.
En este grupo sobresale, ¡Gonzalo Castillo!
Carlos McCoy
Agosto, 2019