Por Jesús Rojas-.En una entrevista con el diario El Universo, de Quito, Mario Moreno atribuyó el éxito de su personaje a “la simpatía que irradia, su optimismo, el humanismo que transmite y el cual yo trato de encarnar con toda mi alma.”
Su llegada a Hollywood en 1956 tuvo como debut la película Alrededor del mundo en 80 días, que recaudó 42 millones de dólares, basada en la novela homónima de Julio Verne, junto al actor David Niven y el productor Mike Todd, por la que recibió un Golden Globe, cinco premios Oscar, una estrella en el Paseo de la Fama, luego de apadrinar la boda de Todd y Elizabeth Taylor en 1957. Otros catorce filmes afincaron su popularidad a partir de 1960, entre ellos El analfabeto (1961), El padrecito (1964), Su excelencia (1967), El profe (1971), y El barrendero (1983).
A pesar de ser un hombre muy rico, Mario Moreno era generoso filántropo que ayudaba con discreción y sin humillar, con sumas cuantiosas donadas a hospitales y organizaciones de beneficencia. Como solía decir, “sé lo que es ser pobre, muy pobre.” Fue portavoz de los desprotegidos y su reputación lo convirtió en estandarte de la lucha contra las injusticias sociales.
Sin embargo, tanto éxito no podía pasar sin sombras en su vida personal. Aunque su gran amor fue la bailarina rusa Valentina Ivanova, a quien conoció en los años 30 en la carpa de sus padres. Mario y “Valita” se casaron en 1934 cuando él contaba 23 años. Discreta y devota de su marido, ella pasó por alto los rumores que vinculaban a su marido con sus compañeras de reparto, en particular Miroslava Stern, a quien conoció en la película A volar, joven, en 1947.
En 1960, el matrimonio adoptó a un hijo, Mario Arturo Moreno Ivanova, quien luego resulto ser fruto de una relación extramarital entre el actor y la rubia texana Marion Roberts. La prensa de la época reveló que ésta le dio un ultimátum para que se divorciara de la esposa y formaran una familia, a lo que el gran divo se negó. La amante se suicidó en un hotel de la ciudad de México.
Cantinflas y “Valita” permanecieron juntos hasta la muerte de ella en 1966, víctima de un cáncer de huesos. Años después, el actor mantuvo un complicado romance con la actriz española Irán Eory, quien lo abandonó por los celos de su hijo. En los años finales de su vida surgió la estadounidense Joyce Jett, su último escándalo amoroso. En el proceso legal en 1989 en un tribunal de Texas, se habló de seis millones de dólares y propiedades por alegado “maltrato físico y psicológico”, en una relación secreta de 20 años, en un arreglo legal.
Mario Moreno era un fumador empedernido. Al final de sus años se mantuvo aislado y encerrado, obsesionado con su privacidad. Víctima de un cáncer de pulmón, falleció el 20 de abril de 1993 a los 81 años. Tuvo el reconocimiento multitudinario de su público fiel, tres días de duelo, honras fúnebres de jefe de estado en México y un minuto de silencio en el Congreso de los Estados Unidos.
Sin embargo, su muerte no puso final a los escándalos. La disputa legal por los derechos de 34 de sus filmes, los que se quedaron en manos de Columbia Pictures, enfrentó a su hijo Mario Arturo Moreno Ivanova y a su sobrino Eduardo Moreno Laparade.
La vida desenfrenada del heredero lo llevó a los titulares amarillistas en escándalos de drogas y maltratos. Mientras que Mario Patricio, otro de sus hijos, apareció ahorcado en el baño de un hotel en 2013. En mayo de 2017, Moreno Ivanova falleció de un ataque cardíaco a los 57 años. El legado de su padre los protegió hasta el final. Pero Cantinflas, el ídolo mexicano que nació pobre y murió millonario, continúa perenne e intocable en la memoria eterna de su público dentro y fuera de México.