Aquellos que se hacen la pregunta que lleva por título el presente artículo se adentran en la historia política de la República Dominicana, la primera vez que alguien se preguntó algo igual fue con ocasión de la repetición presidencial de Pedro Santana, luego ocurrió lo propio con la figura de Buenaventura Báez, para más adelante acontecer lo propio con la figura de Lilís.
Pero cuando el tema llegó al paroxismo fue en la era de los bolos y los coludos los cuales fueron editados por los llamados quiquises al inicio del siglo XX. Hasta que alguien gritó: ¡Horacio o que entre el mar!
Ese derrotero fue interrumpido por Trujillo pero devuelta la democracia, el tema se reeditó en el famoso ¡Vuelve y vuelve, Balaguer! Resulta que Leonel se inscribe en esa tradición política y va camino a reeditarla, pues a nadie se le ocurre pensar el por qué se registra este fenómeno repetitivo en nuestra historia política.
Así como el cesarismo político es el producto de la incapacidad de las clases y de los grupos directivos para administrar el Estado la repetición presidencial nace de la insuficiencia del liderazgo emergente para superar a sus anteriores. Balaguer lo expreso con las siguientes palabras: mandan los hombres de ochenta años porque están muertos los de noventa. A lo que habría que agregar ciertas coyunturas particulares donde a decir de José Ingenieros, se instaura la mediocracia estatuto del cual los pueblos buscan salir.
En el caso de Pedro Santana, llamado en su época el Pacificador, la razón de su eterno retorno al poder, tenía por amalgama el denominado peligro haitiano; para el caso de Buenaventura Báez la justificación fue siempre la idea de progreso y de bienestar real o supuesto que acontecía en sus mandatos. Con Lilís, se cimentó el denominado pre capitalismo criollo, es decir, el primer fomento de una industrialización apoyada desde el Estado que unida a ciertos progresos técnicos dada la gran capacidad de maniobra de aquel dictador, le daban popularidad suficiente para hacerse con el poder político.
Con Horacio Vásquez ocurre que fue el primer gran líder de masas del país, este político gozaba de cierto ángel que lo convertía en un líder carismático que provocaba adhesión en el electorado de su tiempo sin que sus contendores pudieren superarlo. Hasta que el factor biológico lo venció.
El cesarismo, el carisma, el desarrollismo y la movilidad social que puso en marcha Balaguer, le permitió crear su propia base de sustentación política sin lesionar a la oligarquía criolla, aunque si al movimiento progresista de izquierda y a estamentos liberales que evidentemente, no pudieron enfrentarle con éxito debido a que contó además con apoyo externo en los Doce Años y luego en los Diez años de su régimen Cesario.
Leonel es un líder con el que se repite la historia, pero de modo diferente, pues el liderazgo de Leonel conecta con los anhelos de una juventud que mira con optimismo el siglo XXI, y quiere un Presidente a tono con la modernidad del nuevo siglo. Es decir, Leonel exhibe realizaciones concretas, como el metro, que le hace popular dentro de la juventud como dentro de las masas que han visto en el Metro de Santo Domingo, la primera gran obra pública de impacto directo en la población más necesitada, pero a la vez, existe una conexión también directa entre esta obra y la modernidad primer mundista que el país requiere. Realizó un gobierno abierto sin sectarismo, sin discriminaciones, así las masas como la militancia de ese partido desean que regrese. Obvio, la oligarquía tiene resquemores pues un presidente fuerte y con personalidad, es una amenaza para la voracidad con que actúan. Igual ocurre con los grupos fuera de la ley, no podrían moverse a sus anchas y deberán pagar por sus actos. Es pues natural su oposición, pero ellos no son la nación.
El denominado “Nueva York chiquito” ha prendido en elevados, túneles y torres. Es que la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) quedó impactada por Leonel y su sucesor no ha sido capaz de superarlo. De modo que tiene aquí un crédito a su favor.
No hay un área en donde Leonel no haya dejado su impronta. Por ejemplo, en el plano institucional, se observa un notable retroceso, el optimismo ha decaído y los escándalos se suceden sin control a nivel judicial. La gente busca afanosamente cómo salir del atolladero y la única opción práctica que se les ocurre es volver a Leonel.
Cuando se habla de oposición real al gobierno la gente la busca y la encuentra en el hijo de Villa Juana. Esto así, porque la oposición política extra partido al gobierno no ha sabido ser ni actuar como oposición real debido a limitantes relacionadas con la condición de empresarios que tienen las cúpulas opositoras. De modo que la clase media, en sus diversos estamentos, y los pobres junto a los campesinos, no ven más líder que Leonel.
El danilismo acusa un declive notable debido a que no ha sido capaz de presentar un plan político coherente, sin lugar a dudas, su activo principal, desde una perspectiva histórico-institucional, es Reynaldo Pared, sin embargo, por razones inexplicables, ha sido traicionado. Ciertamente Temo no cuaja, Amarante Baret no logra salir del ámbito de Moca, Domínguez Brito es un mitómano que no logra encontrar un argumento válido porque a su paso por el Estado no ha dejado huellas indelebles positivas. Segura ha labrado un camino que se entendía propio, pero de buenas a primera ha endosado su suerte a la del danilismo, lo cual le ha quitado identidad. En igual sentido está Maritza única mujer que rueda en el machista entorno de las primarias del PLD.
El caso de Gonzalo Castillo es desconcertante, pues es el más improvisado de los denominados “alitas cortas”, pero sabrá Dios por cuales circunstancias, ha devenido en delfín del danilismo, ocasionando conmoción en las filas internas del danilismo, pues ni siquiera ahí cuenta con legitimidad política para sus pretensiones. Se le ve como el Monstruo de Frankensten de la política, un cuerpo extraño. Un aspirante no calificado para la finalidad emprendida.
Esta caracterización, permite observar, que ninguno de los anteriores, puede enfrentar a Leonel porque posee una visión de futuro claramente establecida y unas realizaciones de gobierno concretas. Mientras que sus contendores son vistos como simples resentidos incapaces de presentar una propuesta real debido a que se limitaron a servir de parapentes a la frustrada estrategia de Danilo Medina de presentar a una repostulación prohibida por la Constitución. Es ante este fracaso, que Danilo los deja correr solos pero decantándose por un delfín de entre ellos que como ellos mismos han expresado, ha provocado desigualdades en la contienda.
De modo que, a ojo vista, del electorado, los “alitas cortas”, son ingratos frente a Leonel. Lo cual es indicativo de que el pueblo, siempre justo, acompañará a Leonel, no tanto por ser Leonel sino con el objeto de otorgarle un desagravio de votos.
La oposición política extra partido, también resultó afectada por la debacle del danilismo, pues ellos, como se observó el pasado 16 de agosto en el Congreso Nacional, han venido ligando su suerte política a la de Danilo, tal y como lo expresó a viva voz Miguel Vargas y como lo mostró con votos el PRM. Por tanto, no es tanto que Leonel tiene ambiciones desmedidas, es que sus adversarios no han sabido superarlo. DLH-31-8-2019