Lograr en 26 días que lo conozcan hasta los mamando; definir un discurso (que hoy no tiene) que lo distinga del monton y que le diga al país qué haría por cuenta propia si llegara al poder; dejar de ser un Danilo parte 2 para ser él; constituir un carisma que sea mucho más que una fotografía sonriente; aclarar toda denuncia, especulación o sospecha sobre cualquiera de sus actos presentes y pasados…Y, junto con todo eso, sostener un debate abierto con un veterano como Leonel Fernández no es nada fácil, ni ayudado por su líder máximo. (Creo que Gonzalo Castillo se ha metido en camisa de once varas).