Mitigar la obesidad y el sobrepeso infantil requiere de la combinación de una alimentación balanceada con una rutina de actividad física de por lo menos 60 minutos al día
Santo Domingo, julio 2019.- Es de costumbre popular asumir que un niño “gordito” disfruta de salud plena. Pero, ¿qué tan cierto es esto?, ¿Es la obesidad infantil sinónimo de salud? La respuesta es un tajante ¡NO! La obesidad y el sobrepeso es una evidencia de un desequilibrio en calidad de la alimentación de un individuo, combinado con una rutina sedentaria que pone en riesgo la salud de niños y adultos.
En la República Dominicana por lo menos el 7.6 % de la población infantil entre cero y cinco años tiene sobrepeso y obesidad; y en la población adulta las cifras superan el 61 % de la población; según el Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional en América Latina y el Caribe 2018, desatando esto la necesidad de tomar acciones inmediatas para inducir a los más pequeños hacia un estilo de vida saludable y evitar que lleguen a una edad adulta con condiciones de obesidad.
Deborah Terán, nutricionista dietista del Club Body Shop, sugiere la importancia de tomar en cuenta todas las señales que ofrezcan una alerta oportuna, para prevenir o abordar la obesidad infantil.
Dentro de estas señales destaca: el aumento acelerado de peso y superior al correspondiente con la edad del niño; la preferencias por una alimentación desequilibrada y con altos contenido calórico como la ingesta de dulces y refrescos; un estilo de vida sedentario donde el menor sustituye los juegos al aire libre, excursiones y actividades deportivas por tiempo de ocio frente al ordenador, teléfono o la televisión; problemas psicológicos como aislamiento, depresión, ansiedad y baja autoestima derivada de las burlas de sus compañeros; así como también las limitaciones para rendir en los deportes y juegos, problemas de sueño, dificultades para concentrarse y trastornos de la conducta alimentaria.
Para mitigar los efectos del sobrepeso en los niños y adolescentes es imprescindible inculcarles un estilo de alimentación saludable, con una proporción adecuada de carbohidratos, grasas y proteínas; asegurando que contengan las cantidades necesarias de fibras, vitaminas y minerales. Deben consumir al menos 400 gramos de frutas y verduras o 5 raciones de porciones al día, productos lácteos y algún tipo de carnes o pescado. Es importante suprimir de su rutina diaria la comida rápida y con altos contenidos de azucares.
Es preciso complementar la alimentación balanceada con la práctica diaria de actividad física. La rutina aconsejada para la población entre 5 y 17 años consiste en juegos, deportes, desplazamientos, actividades recreativas, educación física o ejercicios programados, en el contexto de la familia, la escuela o las actividades comunitarias; donde puedan mejorar las funciones cardiorrespiratorias y musculares, la salud ósea y reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda acumular un mínimo de 60 minutos diarios de actividad física moderada o vigorosa; que procure una proporción mayor de aeróbicos y que contenga, como mínimo tres veces por semana, actividades vigorosas que refuercen, en particular, los músculos y huesos.
Iniciar cualquier tipo de rutina en infantes con obesidad requiere siempre de la asistencia de un profesional de la salud, es indispensable consultar al pediatra antes de someter al pequeño a una dieta por más inofensiva que parezca. Solo un experto está en la capacidad de determinar las necesidades nutricionales, y para identificarlas deben realizarle una serie de estudios y evaluaciones que arrogarán las necesidades puntuales de cada paciente. “Buscar la experiencia de un instructor capacitado para elaborar un plan de entrenamiento adaptado a cada necesidad tendrá muchos beneficios. Es importante recalcar que el éxito del ejercicio depende, en gran medida, de acompañarlo de una buena alimentación; es por ello que la asesoría nutricional marca un punto importante en la lucha contra la obesidad en todas las edades”, comenta Terán.
La experta en nutrición aconseja, entre otras cosas, el diseño de un plan de entrenamiento específico acompañado de una buena alimentación, así como disponer de un profesional que ayude a mantener la disciplina y el enfoque al momento de entrenar. En la República Dominicana hay muchas opciones para exponer a los niños a las actividades físicas. Los programas deportivos del Club Body Shop, dirigidos a la comunidad infantil, tienen la finalidad de brindar una amplia variedad de divertidas experiencias deportivas y recreativas, trabajadas de manera integral, desarrollando sus capacidades físicas y fortaleciendo el trabajo en equipo; todas bajo la supervisión de expertos que garantizan que los menores están realizado las actividades que su cuerpo requiere.
La obesidad tiene consecuencias graves y los niños no están exentos. Su prevalencia les predispone a la aparición de enfermedades crónicas o no transmisibles, a padecer cardiopatías, resistencia a la insulina, diabetes Mellitus tipo II, trastornos óseo musculares, artrosis; y en casos más graves cáncer de mama, endometrio y colon, e incluso discapacidad. Aunque parezca alarmante, esta situación nos alerta sobre la necesidad de asumir de manera responsable su alimentación. Es necesario proveerles las facilidades para disminuir las actividades sedentarias y motivarles a las prácticas deportivas y actividades al aire libre.