Aquellos que se plantearon la introducción de elecciones primarias abiertas en el país nunca pensaron en la posibilidad de que las mismas se convirtieran en plebiscito, sin embargo, lo que está ocurriendo, es exactamente eso: las mismas están derivando en plebiscito pro Leonel.
Al parecer, colocar un pre candidato sumamente popular contraponiéndolo a novatos o políticos falto de experiencias, o a políticos ya obsoletos produce el fenómeno plebiscitario indirecto que se viene observando en todo el país, pues al ser abiertas involucran a todo el espectro político, esto es: la atracción pro Leonel va más allá del interior del mundo peledeista por lo que se ha trasladado a toda la esfera del espectro político nacional, es decir: el ánimo para votar por Leonel abarca a simpatizantes de todos los partidos políticos y a los sin partidos. Indiscutiblemente que el error del adversario contribuye a tal fenómeno.
De error, precisamente, podría calificarse lo que ha ocurrido en el danilismo, facción que teniendo un coctel de pre candidatos optó por asumir el más novato de todos. El tema ahora es que un debutante que a su vez representa al poder, está enfrentado a la real oposición al gobierno encarnada en Leonel Fernández, situación que está provocando un efecto dominó en favor del presidente del PLD. Las huestes danilistas en desbandadas están desorganizadamente organizándose en torno a Leonel, al tiempo que la oposición simbólica del PLD con más de veinte años fuera del poder, está observando que su posibilidad de ascenso al Estado está cifrada no en los que llevan siete años en el poder sino en el que tiene las mayores condiciones para sacarlos.
Desde esta perspectiva Leonel se convierte en el candidato que representa el cambio y el ascenso. El PRM venía dando muestra de ser oposición al momento en que Faride Raful se proyectaba como el cambio político hecho mujer, como le cortaron las alas dentro de su propia parcela, la gente ha empezado a mirar hacia otros litorales donde se observe el cambio como posibilidad real, efectiva, concreta; luego, el desastre del 16 de agosto recién pasado cuando el PRM optó por apoyar al danilismo frente a un Leonel en las calles ha permitido al electorado indeciso como a las bases del PRM y del PRD, ver el cambio que buscan representado en Leonel. Así, después del 16 de agosto, Leonel ha devenido en la opción de quienes buscan desplazar al danilismo, pues el objeto es sacar al danilismo del poder, quien representa esa posibilidad como realidad concreta es Leonel. Debido a ello las encuestas lo marcan puntero y sus mítines y asambleas devienen en actos plebiscitarios que se convertirán en votos el próximo 6 de octubre.
Realmente, las primarias abiertas constituyen eso: formas indirectas de plebiscito, o como prefieren llamarlas otros: un ejercicio de democracia directa idóneo en naciones donde prevalece el bipartidismo y formula para descalificar a candidatos pigmeos allí donde el multipardismo es la regla o donde existe multitud de precandidaturas no solo en partidos políticos sino también en agrupaciones políticas y candidatos sin partidos que se presentan al escrutinio pre electivo que constituyen las primarias.
El tema resulta interesante pues la República Dominicana participa, por vez primera, en este tipo de evento, debido a que Danilo Medina, conocedor como nadie de las interioridades del PLD, sabe, desde hace mucho tiempo, que le ha fallado a la dirigencia media y a las bases de su partido o, mejor dicho, que esos dirigentes esperan cobrarle su olvido. De suerte que diseñó el plan de primarias abiertas para evadir el cerco de las bases del PLD sin darse cuenta que al hacerlo estaba abriendo una caja de paradoras que acabaría por favorecer a su peor pesadilla: Leonel Fernández.
El miedo convertido en terror que se siente por Leonel en el danilismo, es tal, que el gabinete y el comité político han sido diseminados por todo el territorio nacional con el objeto de que detengan electoralmente a Leonel, empleando todos los medios. Pero esta acción política no es más que el nuevo error del danilismo pues, los alitas cortas, prima facie, mostraron que no podían vencer a Leonel, es entonces cuando deciden solicitar de Danilo que se lance al ruedo, pero Danilo tardó tanto como para que pasase el tiempo político en que pudiere detener a Leonel, por eso existen todavía quienes sueñan con que una reforma constitucional sea la salida más elegante para el danilismo.
Sin observar, que así como pasó el tiempo para Danilo, ha pasado el tiempo para una reforma constitucional no importa el tipo de caramelo que se ponga delante de la nación, pues todos saben que, por ejemplo, con una ley electoral que busca eliminar el arrastre y con una ley de partido que busca condiciones para la democracia al interior de los partidos políticos, es imposible unificar las elecciones pues esto contraviene el objeto de las reformas operadas y de la misma Constitución de la República.
La estrategia del danilismo consiste en emplear el aplastante poder del dinero y del poder como medios para preservar el poder, en cambio, Leonel, se ha refugiado en principios y valores, mientras se hace con las bases no solo del PLD sino de los votantes, por eso, el seis de octubre, más que unas elecciones primarias, el país presenciará un plebiscito pro Leonel. Solo queda una variable fantasmal abierta: la del fraude, la cual, ha quedado cerrada pues la garante del proceso es la entidad que la Constitución manda a que efectúe con garantía el sufragio ciudadano. De ahí la discusión de la naturaleza del partido político, discusión que fue resuelta en su momento por la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos, la que invocando la quince enmienda, los definió como entidades privadas que deben garantizar objetivos constitucionales y democráticos de carácter públicos. DLH-22-9-2019