¿Son el Cambio Climático y las Migraciones dos de los principales problemas que afronta hoy la humanidad? Probablemente las dos urgencias primarias de la especie humana.
Hay conciencia de ello entre los jóvenes provenientes de distintas naciones que arribaron a la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para expresar su repudio a la destrucción del mundo.
Greta Thunberg, es una entre millones de seres humanos que alrededor del planeta piden a grito salvarlo, pero ella no está sola. Detrás hay millares de instituciones y ciudadanos que demandan acciones concretas para frenar el aceleramiento del calentamiento global, descongelamiento de los glaciales y la desaparición de la flora y fauna.
Esta joven sueca ha tenido el valor de emprender un largo periplo exigiendo al liderazgo mundial adoptar medidas urgentes que eviten la muerte definitiva de nuestro planeta.
El grito de la activista europea se dejó sentir en la inauguración de la Cumbre sobre la Acción Climática en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en Nueva York.
Con ella estuvo el secretario general del organismo mundial, Antonio Guterres, donde ambos formularon un dramático llamado de transformación radical para detener el cambio climático.
“Estamos al principio de una extinción y ustedes solo hablan de dinero y de cuentos de hadas de eterno crecimiento económico”, retumbó Greta con un aplauso cerrado de los asistentes a este evento mundial.
Son palabras mayores expuestas por una jovencita muy inteligente que ha captado la atención del poder mediático internacional, y que golpean con fuerza las mentes y rostros de los burocráticos y lobistas mundiales inspirados por cifras de crecimientos maquilladas y manipuladas.
Los Jefes de Estado
Los discursos de los mandatarios en la Asamblea General de la ONU, abordaron diversas temáticas sobresaliendo los desafíos del medio ambiente; los continuos cambios climáticos, los incendios forestales en la Amazonia, la crisis de Venezuela, migraciones, situación política en el Medio Oriente, la tensa relación de Estado Unidos-Irán, el comercio mundial, entre otros.
Los presidentes de Brasil, Jair Bolsonaro y Donald Trump, de Estados Unidos, fueron los primeros en agotar sus respectivos 15 minutos en el podio de la ONU.
Ambos reivindicaron el nacionalismo en su estilo de gobierno y también fustigaron a las corrientes socialistas así como también a la globalización.
“Mi gobierno tiene un compromiso solemne con la preservación del medio ambiente y del desarrollo sustentable en beneficio de Brasil y del mundo. Brasil es uno de los países más ricos en biodiversidad y riquezas minerales”, expresó Bolsonaro.
Negó que la Amazonia esté siendo devastada y culpó a grupos ecologistas y medios de comunicación internacional de auspiciar una campaña de descrédito contra la imagen de Brasil en el exterior.
A seguidas el gobernante brasileño observó que es “una falacia decir que la Amazonia es un patrimonio de la humanidad y un equívoco, como atestiguan los científicos, afirmar que nuestra floresta es el pulmón del mundo”.
Bolsonaro volvió a reivindicar el legítimo derecho de los brasileños sobre la extensión de la Amazonia, y desmintió que haya una persecución contra la población indígena la que dijo tiene el control del 14% del territorio de la nación suramericana.
Actualmente hay en Brasil 225 pueblos indígenas y setenta tribus esparcidos en distingos lugares.
Los Patriotas de Trump
“El futuro pertenece a los patriotas, no a los globalistas”, dijo el presidente Donald Trump, dejando de lado la problemática del calentamiento global que ha ignorado desde que su administración abandonó el acuerdo de Paris sobre el Cambio Climático.
Esta iniciativa suscrita por 195 países en el 2015, incluido Estados Unidos y China, las dos naciones que mayores emisiones de gases de efecto invernadero colocan en la atmósfera, busca reducir las altas temperaturas en el planeta.
En su alocución en la Asamblea General de la ONU, Trump trató temas de política exterior relacionados a China, Irán, Venezuela y Corea del Norte.
Dijo que la migración sin control y la fragilidad de los dispositivos fronterizos amenazan la soberanía y seguridad de todas las naciones.
Reiteró críticas hacia la Organización Mundial del Comercio entendiendo que otorga un tratamiento preferencial hacia la economía de la República Popular de China.
Agenda Incumplida
En el 2015 las naciones adoptaron a unanimidad la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, sin embargo, muy pocos han cumplido cabalmente con dicho compromiso.
Apenas faltando una década para arribar a la meta fijada estamos contemplando un deterioro más acelerado del clima, trayendo un incremento de las temperaturas a niveles prácticamente insostenibles e inaguantables para la vida humana, la flora y fauna.
Alrededor del globo terráqueo los incendios forestales han proliferado arrasando con millares de hectáreas de bosques y parques conservacionistas de especies en extinción, dejando un panorama desolador y preocupante. Los casos recientes en Brasil y Bolivia, en el Cono Sur de América, son elocuentes.
El incremento de sismos, maremotos y crecidas de los mares está vinculado a descomposición del sistema ecológico mundial.
A finales de 1992, 1,700 científicos suscribieron una contundente comunicación con el título: “Aviso a la Humanidad”, en la que alertaban de que estamos llevando a la naturaleza a unos límites que pronto serian irrecuperables.
Ahora son 15.365 los científicos que pronostican una masiva extinción del planeta tierra, y citan las medidas preventivas urgentes que hay que adoptar. Entre otras, promover cambios en la dieta para aumentar la ingesta de vegetales y reducir las carnes; disminuir el desperdicio de alimentos, reducir las tasas de fecundidad de la población y equilibrar los recursos para mejorar las condiciones de vida de las localidades más empobrecidas.
¿Hacia el Precipicio?
La nueva carta de los científicos preocupados por la humanidad dice que la deforestación, desaparición masiva de las especies animal y vegetal, contaminación de las aguas, destrucción de la capa de ozono y la pérdida de suelo fértil y de los recursos pesqueros irán en aumento imposibilitando el habitad del hombre en la tierra.
Mientras en la ONU seguirán los discursos de los líderes mundiales cargados de emotividad, pero carente de la aplicación de medidas prácticas inmediatas que nos permitan librarnos a todos de una desgracia universal.
Artículo de Manuel Díaz Aponte