Leonel Fernández ganará primarias abiertas que introdujeron los miembros del comité Político y su jefe, Danilo Medina, porque, como dice el pueblo, la maldad no engendra nada bueno para sus promotores. Con toda la mala leche posible, Danilo se decidió por primarias abiertas porque entendía -y con él los integrantes del comité político que les son afectos-, que unas primarias cerradas serían el escenario perfecto para que las gloriosas bases del PLD se vengaran del maltrato que Danilo, el comité político y su funcionariado le han infligido en los últimos siete años. Lo que nunca les pasó por la mente es que el escenario por ellos creado a quien beneficiaría es a su archi rival Leonel Fernández. No solo porque al abrir el campo electoral de votantes, personas no peledeistas podrán votar por el presidente del PLD sino porque dichas elecciones serán convertidas en plebiscito anti Danilo.
Por otra parte, no se tomó en cuenta que las primarias, no solo es que son abiertas, sino que serán simultaneas frente a otros partidos que se decidan por ellas activa o pasivamente. Los activos realizarán sus propias primarias, los pasivos votarán en las primarias abiertas del PLD, en ambas masas de votantes, Leonel es favorito.
Otro inconveniente, que confronta el danilismo, es que dichas primarias abarcarán los tres niveles del voto: presidencial, congresual y municipal. Esto indica que cada quien y cada cual, más que en ayudar a su compañero, se centrará en su propia supervivencia electoral. El senador buscará votos para sí, por tanto, no puede parcializarse hacia el nivel presidencial ni hacia el nivel de los diputados, síndicos y regidores. Pues podría perder importantes masas de votantes para su propia causa. Desde esta perspectiva, es poco lo que pueden hacer por ayudar a quien va a buscar la candidatura presidencial.
Las primarias son una lucha de todos contra todos, sobrevivirá aquel que sea capaz de hacer mayores alianzas hacia candidaturas que no sean su competencia, pues en su franja electoral, es donde competirá. Esta realidad, le hará concentrarse en su propia causa olvidando la ajena.
Esta situación beneficia a Leonel y perjudica a su competidor porque el hijo de villa Juana, no tiene que luchar contra las tres trampas del voto, esto es: un candidato para conseguir que el elector le vote, debe lograr al menos tres elementos: ser conocido, generar simpatía y lograr adhesión suficiente como para que lo voten. Como se comprenderá Leonel no tiene problema con esto, mas, su contrincante, no es suficientemente conocido como prendario de candidaturas a la presidencia de la república, no cuenta con simpatía porque la misma depende de ser conocido, y para llegar al tercer requisito, lograr el voto, necesita tener resuelto los dos problemas anteriores. Esto significa que, desde el punto de vista técnico objetivo, Leonel es ganador desde ya.
El comité político, no puede, en un escenario como el anterior, imponer una autoridad de la que carece. Pero en el supuesto de que tuviere autoridad, el espíritu de sobrevivencia que anima a todo ser vivo a lucha por su propio interés, los inhibe para en esa disyuntiva, trabajar por un tercero. De modo que los llamados estrategas del comité político han demostrado que son reales generales sin tropas, pues todos los manuales militares desde Alejandro Magno hasta Maquiavelo, recomiendan no poner a sus tropas en tal extremo, por las catastróficas consecuencias que la misma conlleva.
Pero más todavía, esto demuestra que es falso que estos oportunistas hayan ayudado a Leonel en los procesos que lo hicieron tres veces presidente de la República. En 1996, Balaguer, los reformistas y las bases del PLD condujeron hasta el poder a Leonel a contra pelo de un comité político que nunca creyó en que éste entonces novato, podría tener éxito. La postura asumida por los sin tropas, en aquella oportunidad, tenía origen en que, para el politburó del PLD, Leonel era una imposición a su dignidad, de Bosch y de Balaguer.
Este resentimiento, que ya se había expresado en 1990 y anteriores luchas intestinas del comité político del PLD contra su presidente ad vitam, fue transferido a Leonel, quien no ha encontrado más que desprecio de estos, sin importar los recursos que haya destinado a su conquista, pues como bien dice Maquiavelo, nadie puede pelear exitosamente con ejercito ajeno. Es de esperarse, que Leonel haya aprendido la lección y existen indicios de que ha aprendido, por ejemplo, sus declaraciones en el sentido de que “con esa gente no se puede hacer acuerdo porque no los cumplen”, apuntan hacia una toma de consciencia sobre la ingratitud que anida en el comité político que esperamos sea suficiente como para no cometer nuevos errores frente a esa gente.
Los dos restantes procesos en que Leonel resultó electo presidente, fueron dos derrotas seguidas contra el comité político, pues el jefe político de éstos -aunque entonces encubierto-, era, es y sigue siendo Danilo Medina Sánchez. Por tanto, el odio que desprenden hacia Leonel no debe sorprender a nadie, no duermen, no cesan de cancelar partidarios de Leonel, violan las reglas de la democracia y de la institucionalidad, pero todo eso resultará inútil, pues el pueblo, siempre justiciero o, como decía Rousseau, incorruptible siempre, les dará el próximo día seis de octubre una derrota en las urnas que los enviará con sus millones a sus casas y a la cárcel. Porque ya el enfrentamiento no es soterrado, es a plena luz.
De modo que lo único seguro, lo único cierto, es que el comité político no será capaz de sobrevivir a la derrota que se le viene encima. Quizás algunos darán cumplimiento a la palabra muchas veces empeñada de que en 2020 se retirarían de la política, otros más descarados intentaran de rodillas pedir perdón, pero otros, ni siquiera perdonables son. Así las cosas, cabe preguntarse, ¿si conviene a Leonel que los miembros del Comité Político se aferren a él como los muertos se aferran a los vivos? DLH-28-9-2019