Es el principal resultado de la Tercera Reunión de la Conferencia Regional sobre Desarrollo Social de América Latina y el Caribe, encuentro convocado por la CEPAL, el Gobierno de México y el PNUD, que concluyó este jueves en la capital mexicana.
Ciudad de México, 3 de octubre de 2019. Las autoridades participantes en la Tercera Reunión de la Conferencia Regional sobre Desarrollo Social de América Latina y el Caribe aprobaron hoy una agenda regional de desarrollo social inclusivo, como instrumento técnico y político que permitirá avanzar hacia la implementación de la dimensión social de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en América Latina y el Caribe y así contribuir a la erradicación de la pobreza y al logro de mayores niveles de igualdad y bienestar en la región.
La Agenda regional de desarrollo social inclusivo (ARDSI) expresa el acuerdo de los países sobre la necesidad de impulsar una nueva generación de políticas sociales asentadas en un enfoque de derechos, de igualdad y guiadas por el principio del universalismo sensible a las diferencias, de fortalecer la institucionalidad social, incluyendo la capacidad de los países de invertir en lo social, de dotar a las políticas sociales de recursos suficientes y garantizados, y de reforzar la acción multilateral.
Los ejes de la agenda acordada por los delegados reunidos en México son: sistemas de protección social universales e integrales; políticas de inclusión social y laboral; una institucionalidad social fortalecida; y la cooperación y la integración regional para avanzar hacia el desarrollo social inclusivo y alcanzar el desarrollo sostenible.
En la sesión de clausura de la Conferencia, Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), señaló que “América Latina y el Caribe tiene que demostrarle al mundo que tiene un compromiso profundo con el desarrollo social, con el combate a la desigualdad, a la pobreza y a la pobreza extrema, a pesar de los problemas, obstáculos y dilemas económicos, políticos y sociales por los que atravesamos”.
Bárcena enfatizó que “no podemos bajar la guardia porque la economía nos está imponiendo restricciones muy severas. Los programas sociales deben seguir siendo prioridad para los países de nuestra región”. “El mensaje es muy claro. Los necesarios y urgentes avances en materia de desarrollo social no deben ser vistos como obstáculos al crecimiento económico. La igualdad es una condición necesaria para avanzar en el crecimiento. Se trata de igualar para crecer y de crecer para igualar”, indicó la máxima representante de la CEPAL, quien agradeció a México, en particular a las Secretarías de Relaciones Exteriores y de Bienestar, como “anfitriones extraordinarios de esta Conferencia”.
“Asumimos la Presidencia de la Conferencia Regional sobre Desarrollo Social de América Latina y el Caribe con el firme compromiso y con toda la voluntad de que este espacio sea un referente en la construcción de las políticas de desarrollo social y de bienestar de todo el continente”, dijo, por su parte, Humberto Adán Peña Fuentes, en representación de María Luisa Albores, Secretaria de Bienestar de México.
“Aplaudo la adopción de la Agenda regional de desarrollo social inclusivo por parte de las autoridades. Debemos recordar que, más allá de ser una aspiración colectiva global, el éxito de la Agenda de Desarrollo Sostenible, y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible, dependerá de la apropiación de ésta a nivel nacional y subnacional y de su influencia en los procesos de planeación e implementación de política pública. En el caso concreto de América Latina y el Caribe, contextualizar la Agenda 2030 requiere interpretar los mayores retos y obstáculos al desarrollo que enfrenta una región de ingreso medio, que, si bien ha logrado un crecimiento importante y una reducción de la pobreza significativa, no ha logrado consolidarse como una sociedad de clase media, limitando su capacidad de dar el último salto hacia el desarrollo y en este reto cuentan con el apoyo de las agencias, fondos y programas del Sistema de Naciones Unidas”, indicó Luis Felipe López-Calva, Director Regional del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo para América Latina y el Caribe.
Durante la cita regional, los países examinaron el documento de la CEPAL Nudos críticos del desarrollo social inclusivo en América Latina y el Caribe: antecedentes para una agenda regional, donde se identifican al menos ocho factores claves que obstaculizan alcanzar un desarrollo social inclusivo en la región. Entre ellos, la persistencia de la pobreza, las desigualdades estructurales, el déficit de trabajo decente y de protección social, la insuficiente inversión social, las diversas formas de violencia y los desastres y el cambio climático.
En su resolución, los representantes de los países reunidos en México también destacaron la puesta en marcha por parte de la CEPAL del Observatorio de Desarrollo Social en América Latina y el Caribe, “como bien público regional para acompañar el diseño y la implementación de las políticas públicas y monitorear sus tendencias”. El Observatorio integra un conjunto de plataformas digitales, entre las que se destacan los portales y bases de datos sobre inversión social; programas de protección social no contributiva; institucionalidad social; juventud e inclusión social; seguridad alimentaria y nutricional, y de compromisos regionales y subregionales en materia desarrollo social.
Los representantes acordaron que la Mesa Directiva de la Conferencia Regional sobre Desarrollo Social quedará integrada por México en la Presidencia y Barbados, Costa Rica, Ecuador, Paraguay, Uruguay y las Islas Vírgenes Británicas en las Vicepresidencias. La Cuarta Reunión de la Mesa Directiva de la Conferencia Regional se llevará a cabo en 2020.
Convocada por la CEPAL, el Gobierno de México y el PNUD, la Tercera Reunión de la Conferencia Regional sobre Desarrollo Social de América Latina y el Caribe celebrada en Ciudad de México se llevó a cabo en conjunto con el XI Foro Ministerial para el Desarrollo de América Latina y el Caribe, a cargo del PNUD.
Participaron 102 representantes de 29 países y 40 delegados de 13 agencias de las Naciones Unidas y organismos internacionales. También asistieron 18 instituciones de la sociedad civil y representantes de la academia y el sector privado de América Latina y el Caribe.