Los cuestionamientos a procesos electorales recientes en América Latina por la falta de transparencia y el abuso en la utilización de los recursos públicos, la corrupción así como el incremento de las protestas sociales entre la población representan serios desafíos para la democracia en esta región.
La República de Chile ejemplificada por los organismos financieros internacionales como el “mejor modelo económico y social latinoamericano”, vive actualmente una grave crisis por la oleada de movilizaciones, incendios a centros comerciales, paralizaciones, saqueos y enfrentamientos de civiles con las fuerzas del orden público que demandan la suspensión de los aumentos del transporte y del metro.
El presidente Sebastián Piñera lanzó a tropas de los Carabineros a las calles para contrarrestar las movilizaciones y decretó el estado de emergencia. Hay por lo menos 18 muertos, más de doscientos heridos y alrededor de 2 mil apresados en la capital Santiago y otras localidades de esa nación suramericana.
El gobernante dice que se trata de una “guerra” que auspician sectores poderosos que buscan desestabilizar el orden constitucional para generar un caos en la sociedad chilena.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la ex presidenta de Chile, Michelle Bachelet, piden a las autoridades propiciar el diálogo para alcanzar una solución del conflicto.
Piñera propuso un “acuerdo social” entre las autoridades y los sectores que siguen protestando en las calles en lo que se considera la peor revuelta social en varias décadas en la tierra de Pablo Neruda.
También pidió disculpa al pueblo chileno y adelantó que se propone aumentar los salarios de los trabajadores, aplicar nuevas políticas sociales que permitan incrementar el poder adquisitivo de los más empobrecidos.
Representantes de las áreas de salud se han sumado a las protestas exigiendo del gobierno aumentos salariales y la aplicación de un sistema de pensiones que permita a los médicos, odontólogos y enfermeras vivir con mayor dignidad tras el retiro.
En Santiago de Chile y el área metropolitana viven unos siete millones de personas, en tanto que, a nivel nacional hay 18 millones 751 mil 405, según el Instituto Nacional de Estadísticas.
Modelo Económico
El modelo económico neoliberal que rige en Chile está vigente desde la dictadura de Augusto Pinochet generando una mayor concentración de la riqueza entre las élites comerciales y empresariales.
La mayoría de los conflictos sociales surgidos en Latinoamérica en los últimos veinte años tienen su origen en la terrible desigualdad social y económica que siempre ha caracterizado a esta región del mundo, con incrementos de la pobreza, violencia callejera, insalubridad, falta de empleos y corrupción en la administración del Estado. Resultado: desaliento y desesperanza colectiva provocando el éxodo masivo de millares de ciudadanos que pretenden desesperadamente ingresar a Estados Unidos ilegalmente y a otros territorios de Europa, principalmente Francia, Italia y España.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), organismo financiero multilateral al que recurren la mayoría de los gobiernos de América Latina tratando de “salvar su déficit económico”, impone una serie de condiciones para aprobar préstamos que se traducen en aumentos de las tarifas de los servicios públicos, constreñimientos y severos ajustes fiscales en detrimentos de los sectores más empobrecidos.
A ello, hay que agregar los millones de dólares que anualmente son desviados por gobiernos corruptos que desde el Estado conforman una base financiera con capacidad para competir con los tradicionales grupos oligárquicos de la sociedad.
La población mayormente de los sectores pobres y hasta la otrora clase media no tienen más alternativas que salir a las calles a ejercer su derecho a la subsistencia dejando un saldo de muertos, heridos y de apresados.
En Ecuador, recientemente hubo estallidos con saldo de ocho muertos y decenas de heridos tras enfrentamientos de grupos sociales y las fuerzas policiales que demandaban del gobierno de Lenin Moreno derogar el decreto que eliminaba el subsidio a los combustibles. Tras una crisis de varios días que causó destrozos a la propiedad e incendios en las vías públicas las autoridades dejaron sin efecto la medida.
Las confrontaciones igualmente se han sentido en naciones del “primer mundo” como Francia y España, con decenas de heridos y centenares de ciudadanos apresados.
Fraude Electoral
Actualmente hay cuestionamientos a los sistemas electorales en República Dominicana, tras las recientes primarias abiertas en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), que provocó la división de esa organización fundada en 1973 por el ex presidente Juan Bosch.
La salida de las filas moradas del ex presidente de la República, Leonel Fernández, quien pasó a liderar a “La Fuerza del Pueblo” crea un nuevo escenario político nacional que tiene como sus fuerzas principales al PLD y al Partido Revolucionario Moderno (PRM), cuyo candidato presidencial Luis Abinader, ganaría las elecciones generales de mayo venidero con un 55.8% por encima de un 36.2 de Gonzalo Castillo, según una encuesta del Centro Económico del Cibao.
Castillo, el candidato presidencial peledeista tiene el respaldo del presidente Danilo Medina, convertido ahora en líder absoluto del partido morado.
Sin embargo, la nueva estructura partidaria dirigida por Fernández dentro de la Alianza Nacional Renovadora (Ganar), la integran los partidos Bloque Institucional Social Demócrata, Socialista Verde, de los Trabajadores Dominicanos (PTD), Quisqueyano Demócrata (PQDC), Unidad Nacional (PUN) y Fuerza Nacional Progresista.
De su lado, Luis Abinader ha concitado también el respaldo del Partido Revolucionario Socialdemócrata, que lo proclamó su candidato presidencial. Se espera que otras organizaciones hagan lo mismo en los próximos días.
Así las cosas, los movimientos de alianzas jugarán un papel decisivo en los comicios presidenciales del 2020.
En Latinoamérica los conflictos pos electorales están intranquilizando a la ciudadanía y contribuyendo a la desestabilización del orden democrático, como en Bolivia, donde se cuestionan los resultados preliminares de los comicios del pasado domingo que colocan a Evo Morales como ganador en primera vuelta, lo que sería su cuarto periodo gubernamental consecutivo.
Sectores de la oposición están en las calles denunciando fraude por parte del gobierno de Morales y organizan un paro general indefinido.
El ex presidente boliviano Carlos Mesa que disputa con Morales los comicios del pasado domingo asegura que se ha pretendido violentar el derecho de elegir democráticamente, apelándose a métodos fraudulentos.
Lo cierto es que el sistema democrático en América Latina atraviesa una grave crisis por la fragilidad de sus instituciones encargadas de organizar, vigilar y manejar con transparencia las elecciones para elegir a sus autoridades; la corrupción y el manejo indiscriminado de los recursos públicos a favor de los candidatos oficialistas.
¿Hacia dónde nos llevará ese cuadro social tan negativo y peligroso a la vez, que atenta no sólo contra los más elementales principios del Estado de Derecho de la sociedad, sino que al mismo tiempo tira por la borda los cimientos del propio sistema democrático?
¿Ocurrirá lo mismo en Argentina y Uruguay que tienen elecciones generales fijadas para este domingo 27 de octubre?
La ciudadanía acude entusiasta y civilizadamente a ejercer su derecho al sufragio, pero luego se impone la tramposería y la burla.
Articulo de Manuel Díaz Aponte