“No hay ninguna posibilidad de que Haití pueda salir por sí sólo del atolladero”.
El destacado historiador Manuel Núñez consideró que la política dominicana debe ser la de tratar de que la comunidad internacional no abandone el caso haitiano, porque traerá serios problemas para la República Dominicana.
“Hay que plantear además, a la comunidad internacional y a las ONGs que quieren culpabilizar a este país de esa crisis, que lo que sucede en Haití es un problema que corresponde a la comunidad hemisférica el ocuparse de la situación que pueda desencadenar en el estado de disolución del vecino país”, manifestó.
Núñez aseguró que la situación haitiana está afectado a los dominicanos porque se están apropiando de los yacimientos de empleo de aquí, en lo que corresponde a agricultura, turismo y servicios, incluso a la buhonería, lo que según dijo, es muy peligroso porque tiene consecuencias directas en los dominicanos más pobres.
Pero, además, están derramando el sistema sanitario de los dominicanos, creándole un problema inmenso al Ministerio de Salud Pública, más de cinco mil millones de pesos en atenciones médicas a los haitianos, precisó al ser entrevistado en el programa Toque Final con Julio Martínez Pozo, por Antena 7.
Sostuvo que la lógica de supervivencia de Haití está íntimamente ligada a la destrucción de la República Dominica porque utilizan más de siete millones de metros cúbicos de madera por año esencialmente del bosque dominicano.
“Estamos en una situación de atención, es lamentable que nuestra clase política no se empodere de la continuidad histórica del país”, lamentó.
Explicó que estamos ante un país que no cuenta con ningún medio de producción estable, porque todo ha sido destruido por las masas enardecidas, y que no hay ninguna posibilidad de que por sí sólo Haití pueda salir del atolladero, y el mundo que lo ha ayudado ha fracasado”.
El historiador dijo que el futuro de Haití es bastante negativo, en el sentido de que los haitianos tienen incrustado una mentalidad de asistidos sociales, ya que la presencia extranjera allí es vista como una plataforma de esperanza.
Indicó que al marcharse la comunidad internacional del vecino país, los haitianos se sienten desamparados y huérfanos, lo que genera una situación de incertidumbre en una gran parte de la población, que no tiene ninguna solución a través de sus gobiernos.
“Esos gobiernos viven de la ayuda internacional. En el caso de Haití esa ayuda se ha visto muy mermada por varios factores, el primero es que Venezuela ha caído en barrena en toda su economía y le ha suspendido el Petrocaribe a Haití, Cuba y Nicaragua, y ese faltante genera inestabilidad porque hay que comprar el petróleo más caro”, expresó el escritor.
Considera que la única forma en que ese país puede llamar la atención de la comunidad internacional es con un gran desorden, una gran catástrofe, y que en realidad vive de eso.
“Los dominicanos no podemos pagar y al mismo tiempo comprometer nuestra seguridad con la situación tan inestable y calamitosa de Haití”, insistió.