Si las economías mundiales siguen creciendo, ¿Por qué hay tanta pobreza en este mundo? Es una pregunta que los organismos financieros no han querido responder.
Hablamos de cifras impresionantes, de avances tecnológicos, de la sociedad del conocimiento, de la reducción de la brecha digital, pero convivimos diariamente con dos mundos extremos: la pauperización de la mayoría poblacional y el 45% de la riqueza mundial en manos del 1% más rico del planeta.
La concentración de la riqueza y el robo de los bienes públicos llevarán al abismo a una gran parte de la humanidad si no se adoptan medidas drásticas para evitarlo.
¿Qué esperamos para actuar? Los propios organismos financieros internacionales tienen que obligar a los gobiernos a parar la corrupción para que la gente no siga muriendo de hambre, para que los servicios hospitalarios sean eficientes y que haya un mayor número de centros escolares, de sistemas de agua potable y alcantarillado pluvial y sanitario.
El modelo económico neoliberal prevaleciente en las últimas tres décadas está sacudiendo y en algunos casos sepultando las economías de muchos países, siendo Chile y Argentina los más recientes.
La región de Suramérica ha sido afectada por acontecimientos políticos y financieros que impactan más allá de sus propios territorios.
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Ya no es tan solo Venezuela con su grave crisis política y social la que acapara los principales titulares de los medios de comunicación internacional, ahora, Ecuador, Brasil, Colombia, Argentina y Chile afrontan serias dificultades económicas y sociales generando manifestaciones con saldos de decenas de muertos y heridos.
Ni hablar de las naciones de Centroamérica y el Caribe, incluida República Dominicana, donde la tasa de desempleo entre los jóvenes es de 30%, según investigaciones del Observatorio Político Dominicano. Y ocupamos el noveno lugar en América Latina en tasa de desempleados con 5,5 por ciento, de acuerdo a estudios del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Nuevo Modelo
La comunidad mundial tendrá que aplicar otro modelo económico que garantice el crecimiento de los aparatos productivos, la generación de empleos y el derecho a la vida de una población que no aguanta más el peso de los impuestos, los altos niveles de inflación, la pérdida del poder adquisitivo y las tarifas de los servicios públicos.
La proletarización de la clase media va en aumento porque sus ingresos salariales ni siquiera les permiten las compras de los bienes esenciales para el hogar.
Es una situación muy dramática que de seguir expandiéndose ocasionaría una debacle en las tradicionales sociedades “democráticas” de la región.
Las políticas de reajustes fiscales que el Fondo Monetario Internacional (FMI) pone como condición para proceder a otorgar préstamos a los países que así lo solicitan está llevando a un callejón sin salida y al estrangulamiento de amplios núcleos poblacionales.
Al FMI se le culpa de la tragedia social que sacude a muchas naciones del mundo, pero igual responsabilidad tienen los políticos depredadores que cargan con los recursos del erario público mientras la miseria se expande vertiginosamente poniendo en riesgo la estabilidad y la paz ciudadana.
El caso reciente de Chile y los resultados de las elecciones presidenciales de Argentina, donde el presidente Mauricio Macri (40,5%) fue destronado del poder perdiendo la reelección del líder peronista Alberto Fernández (48%).
¿El FMI es Culpable?
Los chilenos siguen protestando en las calles exigiendo la renuncia del presidente Sebastián Piñera quien fue forzado a reestructurar su gabinete; dejar sin efecto la suspensión del subsidio a los combustibles y a propiciar aumentos salariales de los servidores del tren gubernamental.
En cambio, el gobernante argentino uno de los abanderados del neoliberalismo entregará la banda presidencial a Fernández el 10 de diciembre próximo dejando una economía deteriorada con altísimos niveles de inflación y una disparidad del valor del dólar ante el peso argentino.
La cotización del dólar en Argentina se sitúa entre 60 pesos por un dólar, lo que ha disparado los precios de los productos básicos de consumo y de los servicios.
La nueva administración de Alberto Fernández tendrá que lidiar con una realidad económica y social muy difícil que eventualmente podría degenerar en protestas y paros laborales como lo ha vivido el gobierno de Mauricio Macri.
El macrismo no pudo con la fórmula Fernández-Fernández y no cabe duda que la influyente senadora y ahora vicepresidenta electa Cristina Fernández, fue decisiva para que nuevamente el kirchnerismo retornara al poder en Argentina tras haberlo perdido en 2015 luego de dos mandatos consecutivos.
¿Qué pasará en lo inmediato con los casos judiciales pendientes de Cristina Fernández de Kirchner? ¿Habrá otra vez borrón y cuenta nueva en América Latina?
La corriente neoliberal emergió entre las décadas del setenta y ochenta dentro de la nueva visión del capitalismo inspirada en el liberalismo clásico. Sus defensores respaldan una amplia liberación de la economía, el libre comercio y una drástica reducción del gasto público así como la intervención del Estado en la aplicación de un modelo de protección a las inversiones privadas.
Ahora bien, lo trascendental para la vida de los ciudadanos de los territorios tercermundistas es si ciertamente tendrán derecho a seguir aspirando vivir en un mundo cada vez más individualizado donde la solidaridad ha sido lanzada al zafacón de la historia. Y peor aún, en el que ese reinado de la política neoliberal nos conduce a pensar que lo único que vale en este mundo es acumular dinero y más dinero a costa de llevar al cementerio a millares de indefensos ciudadanos alrededor del planeta.
Artículo de Manuel Díaz Aponte