Aunque es lógico y racional preocuparnos por el contenido y la forma que caracteriza la oratoria del nuevo espécimen que procura instalar el oficialismo en el solio presidencial, a partir de agosto del 2020, lo cierto es que, ahí, no es donde está el detalle.
Es verdad que cada vez que abre la boca pone en evidencia que encarna un desfasado filósofo grotesco e incoherente de extraordinario grosor, obligando a evocar la ignorancia y la incoherencia del tristemente célebre personaje televisivo conocido como Melecio Morrobel.
Pero créanme, ahí no está el detalle..!!
Hay quienes se empecinan en establecer un símil entre “El Penco Candidato”, como lo definió su máximo proponente, con la emblemática figura humorística de la radio cubana, Tres Patines, obviando con tal comparación que, quizás sin proponérselo, agreden inmisericordemente al versátil y locuaz humorista de la Isla Grande.
Aunque, sinceramente, ahí tampoco está el detalle..!!
No es imprescindible ser especialista en salud mental ni en el análisis semiótico de sus pronunciamientos públicos, teniendo en cuenta sus gesticulaciones, ademanes y rasgos faciales, entre otras características psicosomáticas, para llegar a la odiosa pero realista conclusión de que se pretende llevar al delicado manejo de los asuntos de Estado a un prototipo de ciudadano con unas deficiencias evidentes que rayan en una hipopapemia conceptual, política y visionaria para garantizar el equilibrio y la efectividad siendo primer mandatario de la nación.
Aunque, entiendan, ahí, es posible que no está el detalle..!!
Probablemente, la raíz del problema que envuelve la candidatura del denominado “Penco” no sólo reside en sí mismo pues, quiérase o no, se trata de un engendro electoral que, a decir verdad, en ocasiones, proyecta una ingenuidad política que invita a creer –algo que se traduce a su favor-, que ni él mismo ha interiorizado las intríngulis que envuelven el haber permitido ser ofertado como propuesta electoral oficialista.
Su detalle no necesariamente está en la tribuna o en los medios de comunicación audiovisuales al momento de pronunciar sus patochadas inauditas que bien podrían llenar páginas de oro en la triste historia del disparate.
El detalle del “Penco”, piénselo bien, está mas allá..!!
Su bemol radica en cómo y quiénes lo sustentan y lo promueven bajo el sofisma de significar “ideas nuevas” y exitosas para el porvenir inmediato del país.
Son aquellos aparentemente capaces de vender el alma al demonio, si es necesario, en procura de continuar en el disfrute de los aires palaciegos y ministeriales, abrazados de un odio visceral, y sobretodo, temerosos ante lo que podría ocurrir si, real y efectivamente, se produce el cambio deseado que permita dar paso a un sistema de justicia creíble, transparente y efectivo.
Hacemos referencia a esa especie de camarilla que luego de protagonizar múltiples diabluras, de distintas naturalezas, acompañadas de una soberbia irresistible y una insolencia olímpica, hoy luce sentir pavor ante un porvenir político y judicial nebuloso.
Por eso, entre otras razones no menos trascendentes, son ellos, los que desean hacer realidad el absurdo de reeditar la oprobiosa estampa trujillista en donde “los gobernantes títeres” terminaban siendo culpables de la protección y la legitimación del perverso titiritero.
Y es ahí, el detalle..!!
Es ahí lo que verdaderamente debe preocupar..!!
Además, no ha olvidarse que hablamos, esencialmente de un sector político, que ha demostrado ser inescrupuloso al momento de la toma de decisiones, pues su norte al accionar tiende a encausarse atendiendo al cuestionable principio que ordena: no importan los medios si se logran los fines..!!
Y es ahí , en donde está el terrible meollo del asunto..!!
Persistir en buscar el detalle en otra realidad, desperdiciando energía y tiempo, sería como seguir el juego a quienes, sin importar lo que se diga o se silencie, insisten en permanecer chupando la ubre nacional.
Lo más patético es que el candidato oficialista no llega a Cantinflas, le queda corto a Tres Patines y ante Pildorín, no es más que en su verdadera esencia, un triste y descalabrado “Penco” en la mente de un grupo que pretende perpetuarse.
Así de simple…